Donde los sueños tienen cabida siempre, acá donde el alma nace, se reproduce, crece, y de vez en cuando muere, siempre en las alas del amor que te da el alma, sencillamente viviremos los sueños...
domingo, 15 de abril de 2018
PREPARACIÓN.....
"Desde los temores de mi alma te he amado,
No sabes cuánto lo he hecho!
Desde los latidos de mi corazón te he adorado,
No sabes cuánto han golpeado mi pecho!
Desde el recóndito lugar que es mi alma te he buscado,
No sabes cuánto he gritado!
Desde todos mis sentidos te he añorado,
No sabes cuánto te echo de menos!!
Perséfone ya no me queda nada, ven por mi alma...
No sé vivir sin ella...escúchame maldita tejedora!!!"
Perséfone 13.3
"El sonido casi no existía en aquel lugar, era perfecto para él, no quería escuchar nada, la persona que había amado por encima de todo y de todos se había ido para siempre, lo último que quería era ver los ojos llenos de piedad, de lágrimas, las miradas recelosas hacía su persona, él que aparentemente no sentía nada, que aquello era un trámite más...sí supieran!. La amargura de su corazón era incomparable hoy, sus ganas de destruir el mundo iba en aumento, no era justo lo que había pasado, no había motivos para aquel asesinato sin sentido...cómo todos imaginaba, pero eso no era un consuelo, su corazón, su cuerpo, su alma habían caído en aquel segundo y no conseguía deshacerse del dolor, de la rabia, de las ganas de venganza...
La oscuridad era perfecta para él, tampoco quería saber que el día existía, era imposible que el maldito sol siguiera saliendo después de lo que había ocurrido, seguro que el mundo se había detenido en algún punto...en el punto en el que él estaba.
La frialdad también acompañaba su cuerpo, pero apenas sentía ese hielo frío rodeándolo en aquella mazmorra, miraba a su alrededor, cómo era posible que la hubiera tenido allí? abandonada del mundo, en aquella cloaca húmeda, llena de frío, de silencio, de oscuridad...de una inmensa soledad, no se sentía ni un atisbo de humanidad en aquel lugar, claro que quién había cometido aquel atroz asesinato no era humano, era.....
El olor a moho, a humedad inundaba sus fosas nasales provocándole arcadas, cómo había aguantado ella allí 5 meses?Su mente nublada se iba llenando cada vez de más rabia, de más odio, sus manos iban automáticamente acariciando las paredes de aquella maldita cárcel, los símbolos que ella había dejado allí, era el único rastro de humanidad, de fe...ella que había ido contando los días que faltaban...el horror vivido era latente en aquella densidad.
Los dibujos de las paredes le recordaban las aventuras vividas, eran sus claves, hasta el último día había un dibujo para que él que viera con sus propios ojos cuánto lo amaba...
Ya tenía rota el alma en mil pedazos desde aquel día...saber dónde había estado ella no ayudaba, allí había dejado sus últimos días ocultando lo único que le importaba, lo que los unía...
Aquel reloj de arena sangrando, el lirio surgiendo de la tierra, la lágrima, aquellas llagas...Un mensaje para todos los que la querían, había querido dejar grabado que los tenía en su corazón hasta el último segundo...aquel capazo...el último rastro de su magia para salvarla...
Su cuerpo estaba rígido, su respiración agitada, la ira contenida hacia pequeño aquel recinto, más de lo que lo era, más oscuro, más húmedo, más tétrico...más humillante.
El sol...era lo que más había dibujado con sus propias manos, un sol ascendente, limpio, brillante...en un último intento de querer alcanzar la luz, el cielo...ese maldito iba a pagar por cada uno de los segundos que ella había vivido allí, se aseguraría que su sufrimiento fuera infinitamente mayor a lo que ella había pasado allí...no había muerte suficientemente horrible para él, no la había.
No iba a matarlo, no, iba a idear una forma de tenerlo vivo eternamente sintiendo todo lo que ella sintió, en aquel sitio encerrado, un bucle de tortura infinita.
Un sonido lo sacó de allí, como cada día, desde que ella se fue sólo un sonido lo arrancaba de aquel sitio...
-Papi! Papi, dónde estás???
-Aquí amor mío, aquí, justo a tu lado...
La tejedora llevaba viendo la misma escena desde hacía 3 años, día tras día veía como su amigo se consumía en el sitio donde Yue había tenido encerrada a la escribiente hasta el mismo día de su parto dónde había muerto...Todos sabían que había sido ella en última instancia quién había usado toda la magia para enviar a su hija con Chronos y no había dejado magia para ella, prefería morir a seguir con aquel que quería obligarla a ser suya, ella, solo había amado a un hombre en su vida, y era uno demasiado complicado...aquel dios arrogante ahora no era ni una sombra de lo que fue...era una caricatura consumida por el odio, hasta sus ojos habían dejado de tener esos relojes de arena, ahora eran cristales de plata....hermoso, como ningún otro, pero destruido más que ningún otro también.
Verlo con su hija era lo único que le devolvía algo de calor...allí estaba en el suelo con ella, en la playa, al igual que su madre era su lugar favorito, le encantaban los acantilados, hacer castillos enormes de arena y ver como las olas se lo llevaban para hacer otro, también era incansable, y cerbero la adoraba, la subía a su lomo a pasearla por el jardín de los lirios...su lirio negro era el único incapaz de transformarse, permanecía cerrado desde que ella muriera, ni el hecho de que aquella preciosa bebe lo acariciara todos los días lo desbloqueaba del dolor, de la culpa...
Ella misma la veía como la hija que Hades y ella no habían tenido, aunque pronto eso dejaría de ser así...no sabía como su esposo iba a tomarse el hecho de que estuviera embarazada, ni ella sabía como afrontar que ahora su magia estaba siendo compartida, justo en el momento que Yue se acercaba a ellos...No sabía como decirle a su amigo que Yue estaba cerca, había olido la niña y la quería...no sabía que haría entonces aquel dios, estaban preparados para la guerra, pero qué precio tendría esta?.
-Hola viejo amigo
-Hola tramposa, por qué no te has acercado cuándo hacíamos el castillo?
-Pensaba...
-Ummm en cosas buenas o malas tejedora?
-En algunas...no sé cómo afrontar la situación que se avecina
-La guerra...
-Sí, esa situación.
-Deberías decirle a Hades la verdad, no te quiero en medio de esta guerra en tu estado tejedora.
-Sabías?
-Claro, soy el dios del tiempo, aunque mis ojos no lo demuestren, sigo viendo la vida y la muerte, y desde antes que tú sabía que viene una nueva vida...
-Cierto, hasta a mi se me olvida que tienes el don de ver todo lo vivo y muerto a través de los siglos
-Cuánto tardará en llegar?
-No lo sé con exactitud, pero está terriblemente cerca de romper la barrera principal, nos ha localizado.
-Bien, quiero que después de dar a luz te lleves a mi hija donde Hades lleve a todos los guerreros, entendiste?
-Sí...
-Quiero que te quedes allí con los dos bebés, quiero que Hades te encierre y bajo ningún concepto salgas, has entendido tejedora?
-Sí...
-Ja, te conozco demasiado bien, pero asegurarme de que no te muevas de allí, acabo de sellar tus poderes...no te va a rastrear ni Yue ni nadie, ni a ti ni a los bebes.
-Cómo?
-Ay tejedora, no me perdonaría una muerte más...prepárate y si no vuelvo del enfrentamiento asegúrate que ella conozca a sus padres, lo prometes?
-Volverás no acepto otra cosa, ni te atrevas a pedirme nada de eso otra vez, has entendido dios cabezón?
-una sonrisa ilumina brevemente el rostro de chronos- He entendido.
-Has dicho cuando de a luz?
-sí, es lo que tardará en romper la barrera, olerá la sangre y le dará las fuerzas suficientes para romper la última barrera, vamos a hacer un castillo con la incansable anda, ahora olvida todo, y vivamos felices hasta que el momento llegue.
-De acuerdo.
Ambos se acercan a la niña sonriente para volver a hacer un enorme castillo de arena...
-Papi!!!! se tira en sus brazos corriendo....al igual que antes lo hiciera quién le dio la vida. Tan iguales!
Algo que no pasa desapercibido a la persona que encima de la montaña observa todo lo ocurrido en aquella playa.
Quizás las agujas del reloj aún no estaban bien engrasadas pero la guerra se acercaba...
Aquella túnica ocultaba la figura de quién los observaba, aún así aquella luz...."
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