domingo, 16 de junio de 2013

FUISTE...

                                 
“Fuiste un sueño, una breve ensoñación, donde las mentiras tuvieron todo el protagonismo, ahora simplemente quiero que te vayas, que desaparezcas, orque es mejor saber que no estás, a seguir tratando todas las mentiras que fuimos viviendo, yo creadora de sueños, tú, destructor de cada uno de ellos…si tu lengua adquiría movimiento, tan sólo era para ir mintiendo una vez tras otra, ya no sé que será de mi, no importa si es o no una condena estas sensaciones que tengo, lo único que importa es que todo fue mentira, ese extraño sueño, en el que las ilusiones nunca se cumplieron ni se cumplirán, sí, sé que todo es lo que es…
-Una mentira, ya lo dijiste, lo sé…
-Vaya! Ahora hablas, para qué si se puede saber?
-no sé, ni siquiera se porque lo hago, simplemente se articularon en mi boca y las emití como de costumbre, sin sentido, pero salieron , quieres que las retire?
-No, da igual, como tú dices, son sin sentido, como todo tú, eres un sinsentido en todos los aspectos, yo creía en cada una de tus palabras, de tus miradas, de tus pequeñas caricias…
-Sí, ya sé, que no tengo defensa, ni siquiera quiero tenerla, no decirte, no explicarte, ya lo dijiste tú, fui una mentira, para qué explicar el motivo de las mentiras?...
-Para nada, eso es cierto, no tengo que preguntar, ya tampoco quiero saber, voy asumiendo que he ido perdiendo el tiempo, la vida, hasta los recuerdos de todo lo que respecta a ti, te amé, espero que al menos eso lo sepas, lo demás, lo demás tú sabrás lo que has hecho…
-Nada, lo reconozco, no hice nada, simplemente cree miles de fantasías para cumplirlas contigo, pero ni una de ellas se cumplieron porque no he sabido hacerlas realidad, tan solo fueron mis fantasías irreales…
Los últimos reproches, las últimas palabras que se habían cruzado, ese mal sabor por ese sinsentido pronunciado por los dos, por esas medias palabras teñidas de rencor, de dolor, de desastre, porque en realidad todo eso fue producido por el dolor de ambos, por un momento de debilidad, de querer arreglar las cosas y acabarlas de romper, de ir destrozando los sentimientos, todo por no pronunciar a veces la verdad, que es fácil hacerlo, decir lo que uno siente de verdad, en vez de ir acusando de tanta falsedad, en cualquier momento las personas se pueden ver obligadas a mentir, a ocultar algunos aspectos para no hacer sufrir, para ir dando la felicidad a la persona que aman, todo eso y más puede ser el resultado de múltiples errores, pero no de mentiras, ni de maldad, simplemente de la incapacidad de pensar.
Después de tanto tiempo perdido en acusaciones, la vida de ambos hoy por hoy tan solo se traduce en remordimientos, no hay un momento en que dejen de pensar en las cosas que se dijeron, asalta su mente cada tiempo, intentando  consolar su propia alma, cosa casi imposible, al fin y al cabo, esos pensamientos, esos remordimientos, mejor dicho, demuestran que aún siguen abiertas las heridas, que no han cicatrizado, que a fuerza de ir alimentándolas en cierta medida su alma se ha desgarrado, roto, incluso helado…ya no son capaces de mirarse a los ojos, ni de tocarse, ni tan siquiera de mentir, hasta eso agotaron, y ahora qué? Cómo consolar todo lo que estaba sintiendo? No había forma, ya no, porque todo lo que había pasado en cierta forma era y seria irreparable…
No sabían que habían ido a hacer allí, pero aquella tarde, a la misma hora, ambos se habían dirigido al mismo sitio, al mismo donde se habían encontrado, donde se habían conocido, donde se habían amado, aquel lugar que un día había sido su santuario, y como de costumbre, el tiempo había hecho estragos en el lugar, o en los recuerdos, porque el ser humano tiene el poder de ir desvirtuando gradualmente los colores, olores, y acciones de un tiempo pasado, todo, excepto quizás los sentimientos, que aún seguían siendo los mismos, al mirar alrededor, los árboles, los de entonces, ya no parecían los mismos, sin embargo ahí estaban, con sus nombres grabados, hasta con aquella mancha extraña que parecía que el árbol sangrara, eso no había cambiado, más el color de las hojas, de su tronco, de todo lo que era, si era diferente, distinto…pero el dolor del pecho, las lágrimas que iban cayendo apenas sin darse cuenta, esas eran las mismas, frías, amargas, lentas, eran todo lo que podía ser y más, el dolor seguía siendo el mismo, eso no había cambiado…su caminar si era más lento, más pesado, más angosto, era una cadencia interminable de dolor, una letanía de costumbres dolorosas, unas palabras escasas por la cercanía del fracaso, habían volado una tras otra todas las esencias vitales de la vida…y todo por alguien, que solo había dicho mentiras, cómo podía haberse destruido completamente por las mentiras de otra persona? Cómo había sido capaz de amar de esa forma a una mentira? Sería que no era tanta mentira? Sería que quizás las circunstancias había hecho que tuviera que ocultar las cosas? Y si realmente la había amado? Y si realmente …? Sí lo sabía, demasiado “y si…”; no había solución, ya no, todo era y sería a estas alturas aquella mentira…
Como ahora que sus ojos le estaban mintiendo, era como volver a formar la figura de aquel hombre, pero de caminar cansado, alicaído como el de ella, de pasos lentos…exhausto en el intento  de buscar un árbol, quizás el mismo que el de ella, pero sin suerte en el intento de encontrarlo…sus ojos le jugaban una mala pasada, volver al mismo sitio le había reportado más recuerdos de los necesarios, así que simplemente debería seguir hacia delante, caminando, esa imagen también desaparecería como el resto de imágenes que había forjado al llegar al lugar donde se conocieron, su caminar despacio iba dejando las huellas, tan solo debía seguir adelante y él se esfumaría, como todo lo que supuso en su vida, una imaginación, una ilusión, una mentira…pero el olfato no engañaba, era tangible , y estaba allí, en el aire, aquel olor característico, y sus ojos seguían empecinados en ofrecerle esa imagen, la misma, la de él…los cierra en un intento de alejar de su mente todos los recuerdos, de hacer que el dolor fuera desapareciendo, los aprieta fuertes, los cierra durante un largo momento, no los abre, los deja así, y al abrirlos, sigue estando ahí, mirándola, como si fuera verdad… es él, sigue siendo él, esta vez no es mentira, no es irreal, es él, que no se evapora, que ha regresado al mismo lugar…
-Eres real, pensé que mi mente me había jugado una mala pasada, pero no, veo que realmente eres tú…qué haces aquí?
-Y tú? Qué haces aquí? No sé mis pies decidieron traerme, he estado pensando todo este tiempo, en lo que hablamos, en lo que nos dijimos la última vez que nos vimos, y aquí estoy, mirándote…sin saber realmente que hago en este sitio, o sí, mejor no mentir más, te echaba de menos, y decidí venir al sitio donde te conocí, donde fui feliz a tu lado…
-Fuiste feliz conmigo? No dirás más mentiras…es extraño, esas palabras en tu vocabulario, juntas en un mismo párrafo, no sé, nunca las escuché por más que las busqué, pero también es cierto que mejor no más reproches, yo también porqué a pesar de todo te he extrañado, te he echado de menos, y no me gusto todo lo que te dije aquella última vez, por todo eso te pido perdón, no me gustaría que quedaramos con ese recuerdo, en serio que no.
-Ni yo tampoco, no sé si un día podremos volver a ser amigos, pero al menos yo intentaré que lo seamos, si tú me lo permites, quizás sea la única forma de no hacernos más daño, quieres al menos eso?
-Sí, creo que es un buen comienzo, yo también estoy dispuesta al menos a seguir hablándonos, viéndonos, y de alguna forma cultivar una amistad que nunca conseguimos tener como pareja…
Una conversación aparentemente racional, buena, sin embargo deja en el ambiente un sabor rancio, amargo, como de destrucción, no se sabe bien a qué deja sabor, pero no creo que ninguno de los dos haya sido sincero, ni piense cultivar nada, a veces el ser humano se dedica a mentirse a sí mismo culpando a los demás, y en momentos como estos, es mejor estar lejos, porque de ahí no nacerá la verdadera amistad…

SIN JUEGOS....

                                  
“Hoy he decidido no jugar más conmigo, ni faltarme el respeto una vez más, sé que te amé por encima de todo, incluso, por encima de mi, tanto es así, que ni soy capaz de encontrarme dentro de mi alma, cada rincón de mi pensamiento, de mi piel, de mi sangre, parece que está impregnado de tu esencia, sin saber cuándo ni porqué, necesito romper tus alas, cortar las mias, no depender en absoluto de ti, porque el dolor, que me provocas es tan superior a mis heridas que apenas lo siento…sí es ilógico estar en este estado dónde nada tiene sentido, dónde los cuentos de hadas desaparecieron, donde una vez más, tus manos han ido destruyendo todo lo que construyeron hace tiempo…mis flores se marchitaron después de que dejaras de venir a visitarme, aún no entiendo porqué te fuiste, aún no entiendo porqué te marchaste, sólo sé que lo hiciste, sólo sé que lo haces, y aunque te llame, te reclame, te grite, y una vez más intente convencerme a mi mismo que no estás, no lo consigo, a veces aún suelo caminar por los sitios donde ambos íbamos, donde nuestros nombres quedaron marcados en aquellos árboles milenarios, donde tus pasos junto a los míos, fueron haciendo de mi, cada día un hombre más fuerte, más grande, sin embargo mírame ahora, soy pequeño, frágil, indefenso ante cada una de tus malditas miradas, de cada palabra que me hace enloquecer, mírame, ahora , ahora no soy nada, te fuiste, y me quede desarmado en la nada, como si nada tuviera sentido, y antes que te tenía, sí, lo sé, antes que te tenía no te veía, no te demostraba cuánto te necesitaba, cuánto te necesitaba, cuán feliz me hacía ver tu sonrisa, tus ojos bañados en lágrimas cuando algo te hacia daño, sea como sea, sé que yo tengo la culpa, que siempre la he tenido y que siempre la tendrá, pero no sé que hacer para solucionar el dolor que anida ahora en mi pecho, porque por más que grito en este inmenso silencio, más solo me siento, la única verdad es que yo rompí con todo lo que teníamos, y ahora no sé cómo recuperarte, no sé cómo decirte que te he amado más que a mi vida, sin embargo, nada ni nadie puede consolarme, porque tú no estás, te fuiste, aún recuerdo el sonido de tus pasos al abandonar la casa, el resonar eco en el patio, como el viento lloraba tras tu sombra, como las flores iban cerrándose, quedándose silenciosas, mudas, exhaustas al ver tu rostro…lo recuerdo, sí, yo te contemplaba mientras salías, tras los cristales, pensando, que al fin te ibas, que por fin tendría la tranquilidad que necesitaba, y mírame ahora, soy incapaz de estar en casa sin ti, sin tus risas, sin tus palabras, sin tus notas, sin tu forma de jugar, sin aquellas miradas enfurecidas, sin tus joyas por mis cajones, sin tu camiseta debajo de la almohada, sin las canciones que estropeabas al tararearlas…sin ti, lo sé, todo lo que intento decir, es que me quede sin ti, y no sé cómo recuperarte, sé que es tarde, lo sé, cuando te vi caminar el otro día por el parque, con aquél cachorrito, supe que era tarde, al encontrarnos, al mirarnos, mi corazón paralizado por la emoción, por la sorpresa, mis ojos dilatados por el afán de querer abrazarte, más tu mirada, era…era…no sabría explicarlo, pero no me mirabas, como antes, ni sonreías como antes, sí, sé, que yo soy el culpable de esos cambios, lo reconozco, lo soy, siempre lo fui, no merezco ni tus antiguas miradas, ni tus antiguas sonrisas, pero es que las necesito como agua para respirar…tus palabras eran capaces de desnudar mi alma, de despejar todas mis dudas, y ahora, ahora ya no están, y no puedo dejar de esperar, en vano lo hago, porque sé que no volverás, porque yo te obligué a marcharte, porque yo te obligué a dejar de amarme, porqué yo, y tan sólo yo provoqué que tus caricias se fueran marchitando, porque yo busqué en otros brazos lo que tú me regalabas, porque yo busqué en otros labios los besos que tan sólo tú deberías haberme dado, y ahora, ahora que no los tengo, no quiero otros, no quiero a nadie, porque no eres tú, porque no son tus ojos, porque no son tus dedos, porque no son tus labios, porque en definitiva, no eres tú…inimitable, inigualable, inagotable en el torrente de amar, inconmensurable en tu forma de perdonar, yo sin saber valorarlo, sin saber amarte sin saber como apreciarte, ya no importa que te pida perdón, ya no importa que te siga a escondidas para saber de ti, ya no importa que mis días, y mis noches sean tan interminables que prefiera la muerte antes de seguir un día más sin ti…te vi con el cachorrito, pero también vi, no merezco lo que tu cuerpo me regala, lo sé, no lo merezco, pero ni eso me has negado, ni en eso te has querido vengar, más no soy merecedor de tan inmenso regalo por parte del destino, y al tiempo de tan justo dolor, porque verte así y no poder volver a sentirte, saber que ese pedacito de vida que llevas también es mio, pero que jamás podré tenerlo a tu lado, justo castigo a todas mis mentiras, a todo el daño causado, una vez más la vida puso en su lugar a este mal hombre…