“Hoy he decidido no jugar más conmigo, ni faltarme el respeto una vez más, sé que te amé por encima de todo, incluso, por encima de mi, tanto es así, que ni soy capaz de encontrarme dentro de mi alma, cada rincón de mi pensamiento, de mi piel, de mi sangre, parece que está impregnado de tu esencia, sin saber cuándo ni porqué, necesito romper tus alas, cortar las mias, no depender en absoluto de ti, porque el dolor, que me provocas es tan superior a mis heridas que apenas lo siento…sí es ilógico estar en este estado dónde nada tiene sentido, dónde los cuentos de hadas desaparecieron, donde una vez más, tus manos han ido destruyendo todo lo que construyeron hace tiempo…mis flores se marchitaron después de que dejaras de venir a visitarme, aún no entiendo porqué te fuiste, aún no entiendo porqué te marchaste, sólo sé que lo hiciste, sólo sé que lo haces, y aunque te llame, te reclame, te grite, y una vez más intente convencerme a mi mismo que no estás, no lo consigo, a veces aún suelo caminar por los sitios donde ambos íbamos, donde nuestros nombres quedaron marcados en aquellos árboles milenarios, donde tus pasos junto a los míos, fueron haciendo de mi, cada día un hombre más fuerte, más grande, sin embargo mírame ahora, soy pequeño, frágil, indefenso ante cada una de tus malditas miradas, de cada palabra que me hace enloquecer, mírame, ahora , ahora no soy nada, te fuiste, y me quede desarmado en la nada, como si nada tuviera sentido, y antes que te tenía, sí, lo sé, antes que te tenía no te veía, no te demostraba cuánto te necesitaba, cuánto te necesitaba, cuán feliz me hacía ver tu sonrisa, tus ojos bañados en lágrimas cuando algo te hacia daño, sea como sea, sé que yo tengo la culpa, que siempre la he tenido y que siempre la tendrá, pero no sé que hacer para solucionar el dolor que anida ahora en mi pecho, porque por más que grito en este inmenso silencio, más solo me siento, la única verdad es que yo rompí con todo lo que teníamos, y ahora no sé cómo recuperarte, no sé cómo decirte que te he amado más que a mi vida, sin embargo, nada ni nadie puede consolarme, porque tú no estás, te fuiste, aún recuerdo el sonido de tus pasos al abandonar la casa, el resonar eco en el patio, como el viento lloraba tras tu sombra, como las flores iban cerrándose, quedándose silenciosas, mudas, exhaustas al ver tu rostro…lo recuerdo, sí, yo te contemplaba mientras salías, tras los cristales, pensando, que al fin te ibas, que por fin tendría la tranquilidad que necesitaba, y mírame ahora, soy incapaz de estar en casa sin ti, sin tus risas, sin tus palabras, sin tus notas, sin tu forma de jugar, sin aquellas miradas enfurecidas, sin tus joyas por mis cajones, sin tu camiseta debajo de la almohada, sin las canciones que estropeabas al tararearlas…sin ti, lo sé, todo lo que intento decir, es que me quede sin ti, y no sé cómo recuperarte, sé que es tarde, lo sé, cuando te vi caminar el otro día por el parque, con aquél cachorrito, supe que era tarde, al encontrarnos, al mirarnos, mi corazón paralizado por la emoción, por la sorpresa, mis ojos dilatados por el afán de querer abrazarte, más tu mirada, era…era…no sabría explicarlo, pero no me mirabas, como antes, ni sonreías como antes, sí, sé, que yo soy el culpable de esos cambios, lo reconozco, lo soy, siempre lo fui, no merezco ni tus antiguas miradas, ni tus antiguas sonrisas, pero es que las necesito como agua para respirar…tus palabras eran capaces de desnudar mi alma, de despejar todas mis dudas, y ahora, ahora ya no están, y no puedo dejar de esperar, en vano lo hago, porque sé que no volverás, porque yo te obligué a marcharte, porque yo te obligué a dejar de amarme, porqué yo, y tan sólo yo provoqué que tus caricias se fueran marchitando, porque yo busqué en otros brazos lo que tú me regalabas, porque yo busqué en otros labios los besos que tan sólo tú deberías haberme dado, y ahora, ahora que no los tengo, no quiero otros, no quiero a nadie, porque no eres tú, porque no son tus ojos, porque no son tus dedos, porque no son tus labios, porque en definitiva, no eres tú…inimitable, inigualable, inagotable en el torrente de amar, inconmensurable en tu forma de perdonar, yo sin saber valorarlo, sin saber amarte sin saber como apreciarte, ya no importa que te pida perdón, ya no importa que te siga a escondidas para saber de ti, ya no importa que mis días, y mis noches sean tan interminables que prefiera la muerte antes de seguir un día más sin ti…te vi con el cachorrito, pero también vi, no merezco lo que tu cuerpo me regala, lo sé, no lo merezco, pero ni eso me has negado, ni en eso te has querido vengar, más no soy merecedor de tan inmenso regalo por parte del destino, y al tiempo de tan justo dolor, porque verte así y no poder volver a sentirte, saber que ese pedacito de vida que llevas también es mio, pero que jamás podré tenerlo a tu lado, justo castigo a todas mis mentiras, a todo el daño causado, una vez más la vida puso en su lugar a este mal hombre…
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