"Eternas las distracciones del universo,
Replicando entre lamentos,
Busca cerciorarse de este encuentro...
Las alas han desplegado su encanto,
Dormirán eternamente a tu lado,
Canciones de momentos...
Grita la noche que se acerca su tiempo,
Entre las estrellas se oculta el silencio,
Ven a mi...ha llegado la hora de los muertos...
Perséfone, 6.5
"Las agujas me dicen el camino, apenas tengo tiempo para reconocer el lugar por el que vago, sin conocimiento, totalmente perdido, tan sólo sé que esta ansiedad me dice que todo está a punto de suceder, que si, no, ando rápido no llegaré a tiempo, pero, ¿a tiempo de qué?...Salté de la cama impulsado por la necesidad de llegar a este lugar, un lugar que ni siquiera figura en los mapas, un lugar al que me trajo un hada extraña, ni tan siquiera creo yo en las hadas, y sin embargo, la he seguido sin dudar, para dar testimonio de este suceso, que sé que será único, pero, ¿por qué yo he sido el elegido? sino creo en nada...El camino cada vez es más extraño, se va tornando vacuo, como si no existiera nada, sin embargo, siento a cada paso una enorme energía, que va traspasando el universo, y hay un enfrentamiento claro entre estas energías, una reposada, tranquila, llena de paz, de amor...¿amor? él tampoco creía en ese sentimiento, ¿por qué de repente aquel sentimiento lo ha identificado con el amor?...tampoco tenía tiempo para pensar, sabía que se le escapaban detalles, por eso su mente trabajaba para establecer soluciones, para darle las cosas que le faltaban, esas preguntas serían la clave para lo que le quedaba por ver, aquello que debía testimoniar. La otra fuente de energía que sentía daba miedo, era inmortal, fría, eterna, paciente hasta agotarse, no tenía fin, un escalofrío recorrió su cuerpo, aquella energía, parecía, sí, parecía...tiempo?...por qué nuevamente había pensado en eso? su pensamiento parecía ir en dirección opuesta a todas sus creencias hasta el momento, él no creía en sentimientos, en amores eternos, en grandes energías enfrentadas, era un hombre que tan sólo creía en lo demostrable, sin necesidad alguna de nada más, sin embargo en el fondo estaba sintiendo que esto sería crucial que le haría cambiar el conocimiento de todo lo que hasta ahora había creído perfecto...Aquellas energías estaban envuelto por algo indescripible, por un silencio total y absoluto, algo impensable e inimaginable, nada existía en lo absoluto, sin embargo, lo era, el silencio era absoluto...una vez más su mente contradecía las leyes de la física, pero ahí estaba, viéndolo, sintiéndolo, sabiéndolo, las leyes de la física allí estaban invalidadas, no servían de nada...De repente una luz lo ciega, una brillante, emana de una mujer menuda, de larga caballera clara, absolutamente arrebatadora, era la paz, el amor que había sentido, plácidamente emanaba aquella luz que conseguía traspasar el alma, incluso la suya, que pensaba carecía de ella, y allí estaba, mirándola como si fuera lo último, más en su contraposición había un hombre, alto, vestido de negro, con la cara oculta tras un sombrero, pero que no podía ocultar totalmente sus ojos al mirarla, aquellos ojos podían paralizar el universo, vacíos de expresión, llenos de frialdad, de tiempo...nuevamente siente el escalofrío ante aquella energía...se acaba, se está acabando, si aquello era una lucha, ¿por qué estaba él, ahí, en medio?. Pronto iba a descubrir cuál iba a ser papel en aquel mundo, en aquella locura a la que había sido arrastrado...
-Hola joven...no te asustes, te hemos traido con el único propósito que seas juez imparcial en este combate, que no será a muerte, sino a destierro, y puede que aún así, todos perdamos, o todos ganemos, no lo sabremos hasta que tú tomes la decisión final -(había hablado la mujer)-
-Cierto, tú, humano, vas a dictaminar sobre algo tan pueril como los sentimientos, si te preguntas porqué te elegimos a ti, es por una sencilla razón, hasta el día de hoy, en el que tú tienes 33 años, edad humana (lo sé porque yo soy el tiempo), no has demostrado tener ningún sentimiento, ninguno, por esa imparcialidad te hemos elegido, para saber si el ser humano realmente es capaz de sentir y de ser salvado...
-No he tenido ningún sentimiento? dicho de esa forma parezco inhumano, no sé que queréis exactamente de mi, pero de la forma en que me habéis presentado, no sé si seré capaz de dictaminar nada, además sino sé, ni observo, ni constanto nunca doy mi opinión, y creo que habláis de sentimientos, ¿cómo voy a pronunciarme sobre algo que según todos, y en eso estamos de acuerdo, no tengo?...
-Sencillo -ella habla-tú vas a ver que quiero yo, y que quiere él, al final tú decidirás si cogo mi aguja e hilo para recomponer, o por el contrario dejamos al tiempo que acabe con todo...con TODO.
-Sitúate humano, empieza la prueba...-él dictamina sentencia, comienza la verdadera prueba-
"-Amor, quédate conmigo, no te vayas, no te alejes, si te vas, ¿qué va a ser de mi? dime, no puedes irte, no puedes...por favor, te imploro, no te vayas...
Una mujer está en el suelo, sujetando a un hombre por las piernas, él está de pie, ella rogando, pidiendo, mendigando sin pudor alguno, sus lágrimas mojan los pantalones y el suelo donde él sigue impérterrito sin pronunciar palabra...
-Te extraño, cada segundo que no estás a mi lado, te extraño, te necesito, necesito vivirte, absorberte, sentirte, tú eres todo mi universo, tú eres mi vida, ¿no lo ves? ¿no lo entiendes?, no sé amarte de otra forma, no sé hacerlo...perdoname, perdoname pero no te vayas, no te vayas...
Él sigue allí como sino la escuchara, como sino la viera, como si aquellos sentimientos fueran ajenos a su persona, pero no es cierto, en sus ojos se ve un deje de infinito dolor, es como si hacer aquello le estuviera costando la vida, pero tuviera que hacerlo, ¿por qué?
-estás son las reflexiones de nuestro particular juez-
Ella levanta la vista, intenta bucear en sus ojos, perderse en los ojos de aquel al que ama más allá de cualquier regla básica, de cualquier sentido común, de cualquier dignidad posible, desesperada intenta ver qué tiene, dónde está su amado...sus ojos riadas de amor, despiertan en nuestro juez una amarga sacudida, se estremece, no pensaba que una mirada pudiera hacerle eso...-Nuestra mujer de aguja e hilo, lo está mirando de reojo, en sus labios comienza a nacer una tímida sonrisa, de sus manos hilos se van trezando-
Mientras el Tiempo, descubre que aquel humano va cambiando, su ojos están fijos en los dos amantes, y su cuerpo ha comenzado a estremecerse, ¿será verdad que los humanos sienten?...
Aquella mujer sigue vigilando los ojos del amado, de su tierno amante, del hombre que ha ocupado cada rincón de su ser, de su espacio, de su tiempo...del amor insólito que renace en las cenizas de la muerte...Él es incapaz de sostener aquella mirada, cierra los ojos para intentar apartar las lágrimas, su corazón está detenido, ¿cómo decirle qué se tiene que ir? y que no es por no amarla, sino por todo lo contrario por amarla más que a la vida misma...ella, ella...un grito rompe el alma, cómo le gustaría abrazarla!!! cómo le gustaría calmarla!! pero entonces, entonces...la perdería, él lo sabía, sabía que la muerte se la llevaría, él había pactado aquello, conocer el amor verdadero a cambio de su alma, de morir...pero no sabía que iba a conocerla a ella, a aquella inconsciente que se había ocupado de él cada madrugada, cada día, en cada paso del camino, ahora tocaba pagar tributo, y sino era él, la muerte cobraría su precio, el alma de ella...-Nuestro juez se ve transportado a los pensamientos de este hombre, y los temblores lo acometen por completen, ha sentido el amor, ese amor, su precio, su pago, está sintiendo el dolor en puro estado- (nuestra tejedora ha hecho un poco de trampa como de costumbre)...
-Amor..por favor, por favor...-Él comienza a caminar- por favor, por favor,, no me dejes, no te vayas, ella es arrastrada en su lento caminar, se niega a soltarlo, se aferra a aquel hombre, prefiere...¿qué prefiere?
Ahora es turno del Tiempo, lleva a nuestro joven espectador a que vea lo que ella quiere, y según parece siente...-Prefiero morir a quedarme sin él, sin él no tengo nada, ¿por qué no me mira? ¿por qué no me dice una última vez, te amo? ¿por qué no me deja amarlo? Muerta, mejor muerta, que sin él...-El tiempo expulsa al joven de aquella mujer, ¡estúpida mujer, ha conseguido conmover incluso al tiempo!...
Nuestro juez está quieto en el suelo, apenas unas convulsiones dan testigo de que está vivo, su cuerpo completamente mojado por el sudor, su mente caótica no consigue ponerse de acuerdo, y de repente ha notado que tiene algo en el pecho que hasta ese momento desconocía...¿qué era aquella sensación? ¿por qué le había afectado tanto la mirada de aquella mujer? ¿por qué él había sido tan estúpido? ¿qué demonios se suponía que tenía que hacer él? ¿qué pretendían aquellos dos locos de él?...Despacio se pone en pie, y mira hacia la escena que sigue llevándose a cabo delante de sus ojos, ella sigue arrastrándose tras aquel hombre, él ha conseguido zafarse de sus manos y camina tan lento que parece que el universo se ha detenido...sigue llamándolo a gritos...¡maldita sea que alguien la detenga, que la detengaaaaaannnnnn!!!!!...su mente grita en ese silencio, hasta que de pronto sin que se de cuenta ese grito desgarrador sale de su garganta:
-PARADLAAAAAAA, QUE SE DETENGAAAAAA!!!!!!!
Dicho y hecho, ahí se congela la imagen, sin saberlo ha llegado su decisión, su final, al fin reaccionó...
-Cómo quieres que la detengamos? -pregunta el tiempo-
-No sé...-él titubea- cómo sea, pero que deje de sufrir, que no sufra más...por piedad detenedla...-su cuerpo no deja de temblar-.
-He aquí tu momento, tienes dos opciones de parar esto: primera: yo puedo hacer que todo sea borrado de su mente, de su corazón, y no sienta nada, absolutamente nada, perderá todos sus recuerdos, perderá todo, esa es mi opción, la de ella -se dirige a nuestra tejedora- que sea ella quién diga...
-Yo puedo hacer algo por ella, y por él, pero no puedo decírtelo con palabras, tan sólo podría mostrártelo, eso requiere un ejercicio de fe, o crees en mi, y los salvas, o los condenas a que vivan eternamente separados el uno del otro, a favor del Tiempo...
¿Un ejercicio de fe le pedía aquella mujer? ¿a él? ¿al hombre más prágmatico del planeta? ¿cómo podía pedirle eso?. Estaba bien, el Tiempo acabaría con todo, con todo, pero eso de repente se le antojaba tan malo...acabaría con todo, con aquella mirada, con aquel amor, con aquellos sentimientos, con aquellas lágrimas, dejaría de sufrir, sí, ¿pero a qué precio? . Hasta hoy ni siquiera se hubiera planteado que aquello fuera un precio, no haber visto, ni sentido, él hubiera elegido sin dudar, borrar todo el dolor, era el mejor regalo que podía tener un humano..¿o no?...¡maldita sea, un ejercicio de fe!!
-ASÍ SEA, MUJER HAZ TU EJERCICIO DE FE, ESA ES MI SENTENCIA...
De repente todo se ilumina, la estancia irradia luz, de las manos miles de hilos renacen, del cielo baja su particular aguja de plata, y fuertemente dice: Muerte aléjate de este hombre y de ésta mujer, ahora son mios...los vuelve a reclamar Perséfone, tú ya no tienes poder...
En ese momento, todo es claridad, el hombre se vuelve hacia atrás, mira a la mujer de su vida, en el suelo, llorando, llamándolo, y corre sin parar hasta alcanzarla, y acunarla en sus brazos, la llena a besos, susurrando una y otra vez: te amo, te amo, te amo, te amo...
Los hilos habían fabricado en torno a ellos una protección inalcanzable por la muerte, que rabiosa se aleja, renegando y maldiciendo a la tejedora de almas, una nueva enemiga para esta particular tramposa...
-Has elegido humano, no puedo decir que me doy por vencido, pero has demostrado que tienes sentimientos, quizás algún día, en algún momento yo sepa que es eso, por el momento sigo siendo, tan sólo Tiempo...
-Gracias, tu ejercicio de fe ha salvado a nuestros jovénes amantes, ves? no podía decirte que soy una tejedora de almas, ¿me hubieras creído?...Si algún día me necesitas no olvides llamarme, tan sólo grita en la noche mi nombre, y vendré presta a rescatarte...
La sonrisa de aquella extraordinaria mujer es lo último que ve, ahora todo vuelve a su cauce, está en su cama, en su casa, y todo parecía un sueño...pero, ese "sueño" ha cambiado para siempre su forma de ver, de sentir, y de ser...nuestro particular juez ha experimentado por primera vez la humanidad...
Ahora decidme ¿Qué hubierais elegido vosotros, ejercicio de fe, o Tiempo Borrado?...
Yo siempre elegiré a mi extraña mujer...
PLAS! PLAS! PLAS!!!, magistralllllll!, me ha encantado!, me ha tenido en vilo chuliña, lo he visto como si fues un pase de diapositivas, cada imagen!, cada frase!, impresionante!, de lo mejor q he leido!!!
ResponderEliminarjajajaja, qué magnífico final de lectura! :)))
y ACABÉEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!, yujuuuuuuu me he leido todo tu blog!, muchas gracias preciosa, me has hecho pasar muy buenos ratos!
Un placer!
Seguiré atenta a nuevas publicaciones, y esta vez lo llevaré al día para no tener sobredosis psicológica como me ha pasado el otro día jajaja
muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuaaaaaaaaaaaaaaaaacccc
conchó!, porras jo, q se me olvidó decir cuál es mi elección!, jajaja con la emoción se me fue la olla ;)
ResponderEliminarPor supuesto q "acto de fe", y eso q no soy creyente!, pero es una fe distinta, es una fe en alguien q ves, en algo q oyes, en algo q te está sucediendo, es una fe q a priori se presenta posible y accesible, y tentadora!, muy tentadora! jajaja, la opción de pensar en q el amor triunfe siempre es tentador.
PD: dios!, q bien me voy hoy pa camita, voy a ver qué sueño jajaja