sábado, 16 de abril de 2011

INTIMO Y PERSONAL...

"Recorren los laberintos del alma,
consumen de a poco las entrañas,
van saboreando sus huesos,
parásito hambriento de madrugadas,
carcomiendo por dentro los sesos,
estallan en mil batallas,
corrompen los sueños,
más nunca pueden librarse de mi alma...
demonios destructores que nunca me alcanzan...

                                               Perséfone, 6.6.

No importaba lo que había comenzado a hacer ese día, ni ningún otro, lo único que sabía es que hoy era ella, sin más tapujos, sin más engaños, era ella, gritando en voz alta, qué ama sin límites, sin necesidad de atarlo...era la hora de mirar el sol, de entregar el cuerpo, de librarse de esa oscuridad que la amenazaba por dentro, sí, era la hora de ir diciendo, que necesitaba más que a la vida, un viaje en el tiempo...ya no tenía miedo, no, no le importaba nada, tan sólo iba a entregar lo que fuera necesario para entrar en aquel mundo imaginario, porque allí, él la aguarda, la llama, le dice, como cada noche: amor, estás bien? te amo, vida mia...y entonces ella vive, siente, sus lágrimas afloran, deja que la piel se erice, que todo en ella sea intimidad, fina femineidad nacida del alma, acrecentada en el cuerpo, diciendo una vez más que ama a su dueño...por eso tributo que tiene que pagar, tributo que paga, un viaje en el tiempo, donde los sueños se hagan realidad, donde sus mentiras se conviertan en realidad, donde la magia surta efecto, ya no importa si está o no muerta, ya no importa cuán grande sea el silencio, no, no importa, lo único que va a hacer es entregar lo que posee, lo único de lo que es dueña, su alma...no valía nada, en realidad, tampoco iban a darle mucho por ella, si al menos servía para ayudar a alguien estaría bien, algo de utilidad que podía tener, sabía donde tenía que dirigirse y a quién; ya todo estaba decidido, su alma a cambio de aquel viaje en el tiempo, de aquel recordar sumiso y eterno, de ir tras sus alas, de parecer la loca enjaulada que nunca calla, de suspirar una noche más, de alejar fantasmas, de amar a gritos, de hacerlo en silencio,sí, era la hora de llamar a aquel ser, que había entrado en su casa, y le había hablado de la tejedora de almas, sabía que lo que ella quería, esta mujer no lo hacía, que más bien era una tramposa a la cual le encantaba solucionar las almas ajadas, pero la suya no estaba ajada, no tenía solución, sólo una, tan sólo una, volar una vez más, la última a brazos de su amor, deshacerse de todo el dolor acumulado y decirle al oído, cómo él hacia cada noche: amor quiero estar contigo...te amo, te necesito, te extraño, quédate a mi lado...Mientras pensaba en esas palabras iba muriendo, se iba desgastando, las lágrimas no la dejaban ver, y tenía que ser fuerte, no podía hacer otra cosa, porque sin él no era nada, y con él lo era todo, por eso no importaba qué tuviera qué hacer, pero ella, ella iba a protegerlo, mientras caminaba por aquel jardín, porque no era tonta, era evidente dónde estaba, en el jardín de las Miríadas, allí donde Perséfone habitaba, la única que podía darle una oportunidad, ya había cruzado el lago, pero tenía una oportunidad de despedirse de él, de decirle, de protegerlo, de atarlo a su alma, de gritarle en los sueños, que era su hada...bonito lugar en el que estaba pero no lo quería, no, ella tan solo añoraba los brazos de él, sabía que estaría mal sin ella, que no sabía caminar si ella no estaba, lo sabía, por eso cuando escuchó aquella descabellada historia, sabía que tenía que ir a rogar a la tejedora, era su única oportunidad, la única de estar a su lado, y ella era fuerte, mucho, no importaba vagar por el submundo,ni que la devoraran todos los demonios, lo único que importaba es que lo que él necesitaba podría tenerlo, lo demás era un mínimo precio a pagar...Respira hondo, está frente al palacio de Perséfone, como siempre, ella anda alrededor de sus múltiples lirios, y curiosamente esta mimando, su favorito, aquel hermoso lirio negro que reluce entre todos los colores de su jardín, que se alza majestuoso entre todos, brilla, irradia vida y fuerza, aquel lirio realmente tiene que ser especial, por su absoluta belleza...Sin darse cuenta, ella, la está mirando, ha depositado suavemente el lirio en tierra, lo ha protegido con aquella campana transparente, le ha susurrado algo, que no ha llegado a escuchar, y acto seguido se ha dirigido a ella, diciendo:
-Hola, mujer, me buscas a mi? en qué te puedo ayudar?
-Sí, te busco a ti, y sí, me puedes ayuder, quiero que destruyas mi cuerpo etéreo, lo pegues a la mitad del alma y lo entregues a la persona que amo, a cambio, te dejo el resto para que tus demonios puedan alimentarse de mi, sé que puedes hacerlo, sé que puedes y yo necesito de tus habilidades y conocimiento..
-Mmm quién te contó qué yo puedo hacer eso? hace siglos que no tengo ni aguja negra ni hilo negro mujer
-Yo sé que te niegas a usar la técnica, pero me dijo el anciano, que sí posees esos atributos, que tan solo tienes que llamarlos y ellos vendrán a ti, porque tú también eres su creadora y dueña, de las primeras artes oscuras de este tiempo, y sé que así fue como conseguiste que hades regresará del mundo de los verdaderos muertos, por favor, yo necesito que me lleves por un momento a protegerlo, se lo prometí, le prometí que nunca iba a dejarlo, y sin él, sin él no sé vivir, y temo que él deje de hacerlo, por favor, ayudame, por favor..
-Si él deja de vivir es más fácil mujer, tú  no sufrirás ninguna condena, y él se reunirá contigo, yo misma te lo traeré, ¿por qué quieres condenarte al suplicio eterno? si con su muerte lo tendrás aquí?
-Porque no quiero que muera, porque ha de cuidar a nuestro pequeño, porque es mi amor, mi único amor, mi eterno amor, porque es mi deber protegerlo, porque no quiero que esté aquí, porque quiero que viva, porque uno de los dos, tiene que cumplir su parte del trato y dejar que la vida lo inunde, por favor, déjame protegerlo, que no esté solo, sé que tan sólo tendrá una parte mia, pero él se conformará con eso, podrá verme, más no tocarme, podrá escucharme, con eso tendrá bastante para vivir, no lo dejes morir, por favor, no lo hagas, ayudame, ayudame...
-Si hago eso, después de todos los apercibimientos que he recibido del cielo, mujer, yo también estaré condenada a vivir entre demonios, ellos me castigarán y también a mis protegidos, ¿por qué crees que te podría considerar tan valiosa cómo para perder la mitad de mi reino?
-No lo soy, yo no soy valiosa, yo no valgo nada, pero él sí, ¿sabe? cuando él sonríe ilumina la vida, hace que el sol se opaque, que las nubes se aparten para mirarlo...cuando me mira, cuando lo hace el tiempo se detiene, tan poderoso guerrero, se rinde a sus pies, por dejarlo mirarme, y su corazón, su corazón es tan limpio, ¡tanto qué duele escucharlo!...por no hablar de su alma, esa que te interesa, su alma..uff ¿cómo definirla, cómo expresarla? no sé hacerlo, pero tú cuando la veas, cuando la sientas, sabrás que..que nada tiene sentido sino vives en ella..
-Por eso quieres que arriesgue mi reino? tan sólo por eso, mujer?
-Quizás te parezca poco, pero es todo lo que necesito para vivir, es todo lo que cualquiera necesitaría para vivir, es...LA VIDA, así de simple, así de complicado, perderse en sus ojos, bucear en ellos, averiguar que hay detrás de sus pestañas, de sus párpados, de esas pequeñas cortinas que me aman, si lo vieras mirarme, si lo vieras...es la vida, no hay otra palabra, esa, exactamente es esa, La Vida...¿hay algo más preciado qué eso?
-NO, en realidad no hay nada más preciado que la vida, en eso tienes razón mujer, nada puede haber más preciado que la vida, quizás sea la hora de conjurar las viejas artes, pero tú, vagarás por este infierno, no por mi inframundo, ni por mi jardín, tu espectro estará con él, pero la parte de alma que te queda será devorada cada día, cada segundo del tiempo por todos los demonios del infierno, ¿estás segura mujer, de querer hacerlo?
-SI
-Vaya, sin dudas ninguna, eres valiente mujer, dispuesta a todo por él, incluso a los tormentos del infierno eterno, si, eres valiente sin duda, de acuerdo, tan solo por eso, por tu valentía al pedir, voy a concederte lo que pides...
Sus ojos se transforman en un absoluto negro, al igual que su cabello y sus ropas, rompen truenos y relámpagos el cielo, conjura algo en una extraña lengua y de repente cae a sus manos aguja e hilo negros, vibrantes, con vida, mientras se abren las entrañas de la tierra y sus demonios huelen a su presa, susurrandole toda clase de tormentos a aquella joven, más aunque tiembla, sus pasos son decididos, se acerca a la tejedora negra, hoy si, hoy es la tejedora de los demonios, le entrega su alma y la mitad de su cuerpo etéreo, y comienza con su cántico a remendarla, una vez terminado, la parte que la tejedora ha remendado la mira, le sonrié, y volando llega casi invisible a consolar a su amante, diciéndole:
"amor estoy contigo, al fin he vuelto, estoy contigo, en casa".
La otra parte, la mira con ojos de terror, los demonios la acechan, ha de entregarla, es el trato de la aguja negra, empiezan a lamer su presa, cierra los ojos, la tejedora devuelve al infierno la aguja y el hilo, de la joven caen lágrimas...Más de pronto se escucha en el inframundo un ensordecedor grito: TE AMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!
La joven sonríe, sabe que ha llegado a él, cierra los ojos y se deja llevar por los demonios, ya no pueden hacerle nada, él es libre, esta nuevamente con ella, no importa el tormento no pueden alcanzarlo, no pueden...La tejedora la contempla, y una vez más, algo murmura, haciendo que los demonios se paralicen, no puedan tocarla, de repente aquella parte de la joven está protegida dentro de una urna de cristal, el lirio favorito de la tejedora ha llegado en su auxilio, el lirio negro, la ha aferrado en sus pétalos, protegido con su urna, haciendo que los demonios griten por no poder tocarla...sí, una vez más la tejedora ha hecho trampas...¿hasta cuándo podrá seguir evitando el mal? ¿qué precio tendrá que pagar su lirio negro? su amado lirio, su consentido, su guardador de almas...

2 comentarios:

  1. En ocasiones, pienso q sería tan bonito q realmente existiese alguien así!..., a quien pedir un deseo, o con el poder de concederlo...

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