Intentando forzar mi destino,
Arañando segundos al tiempo,
Destrozando una vez más los juramentos,
Descolgando de mi pecho tu lágrima,
Grito al Tiempo: Estoy muerto..."
Perséfone 10,1.
"La noche nuevamente cubría con su manto índigo el horizonte donde yo habitaba, las estrellas rutilaban concediendole un poco de calidez a mi alma, hacia demasiado tiempo que no observaba la creación divina, aquella que había sido creada por algún ser invisible, en el que se depositaba superchería y ciencia, con tantos nombres como estrellas adornaban el firmamento. Me sentía pekeño, consumido ante tal magnanima obra, era poca cosa para pensar o gestionar los designios del creador, si es que lo hubiera...algo habría, lo sé, pero mi escepticismo me acompaño desde la cuna, no podría cambiar en este punto de mi vida, ni siquiera sé porqué estaba allí, ni porqué mis pensamientos estaban tomando ese rumbo, taciturno una vez más evitaba preguntarme las cosas verdaderamente importantes, evitaba escuchar bombear mi corazón, porque escucharlo, significaba reconocerlo, y reconocer algo inexistente o latente no era lo más indicado en este momento...no tenía corazón,había muerto. Las preguntas que atenazaban la curiosidad humana, eran la mejor excusa para no indagar en mi propia alma, esa al igual que mi corazón, latían en algún oscuro rincón de mi persona...yo sabia que un día habían visto la luz, tras aquella sonrisa, tras aquellos ojos, tras aquella inconsciente, tras aquel cielo azul...ahora siempre era índigo el cielo, y siempre la oscuridad tapaba mi mente.
Ese extraño dolor en la espalda le recordaba donde estaba de donde venía, porqué en aquel sitio, donde todo se habia ido, menos él, menos ella...
-Volviste...
-Nunca me fui.
-Durante un tiempo no has estado, recuerda que yo vivo aquí...
-Lo sé, no lo he olvidado.
-Veo que sigues tan comunicativo, como la última vez que intentamos mantener una conversación.
-Sí, afortunadamente hay cosas que nunca cambian...
-Es una fortuna que tú no hables?
-Sí, creéme, lo es.
-Yo preferiría escucharte, eres el único ángel que no me dijo su nombre.
-No querrías saberlo, si lo supieras, hasta tú tramposa tejedora me desterrarias del reino de los muertos...
-Yo no haría eso, te conozco, conozco tu profunda tristeza, tus largos silencios, tus ojos, esos no me están mintiendo, y por mucho que creas que estás muerto, yo te estoy viendo en ellos, viviendo...
-Viviendo? ja -su cínica sonrisa dibuja su rostro- ni siquiera tejedora tú puedes ver vida en un ser muerto, fíjate en mis alas, no te dicen nada?
-Sí que están algo ajadas, quizás rotas, incluso sangradas, pero...quién ha dicho que eso no lo sienten los vivos?
-Yo...porque un ángel con esas alas, postrado en el mundo de los muertos, solo tiene un camino...El Olvido.
-Quizás, pero dime tu nombre, sé que esta noche de todas formas te irás, Hades, me lo dijo, también me dijo que no correspondía a él, decirme tu nombre sino eras tú quién me lo decías.
-Inteligente tu esposo, como de costumbre...mi nombre tejedora, mi nombre despertaria a tu lirio negro, a tu escribiente y hasta a tu buen enemigo Chronos...
-Eso es imposible...-titubea la lágrima de Perséfone-tú no podrías despertarlos a todos ellos, a no ser que fueras...
-Dilo tejedora, no tengas miedo, a no ser que fuera, quién? ahora tus labios no se atreven a formular ese nombre? -de nuevo esa mueca extraña dibuja un rictus en sus labios-
-A no ser que fueras el ángel de ......-Justo en ese momento la lágrima se derrama, Perséfone enmudece, de las profundidas de la tierra, se abren grietas para dar lugar a su lirio negro, junto a él, llega Chronos...
-Viste Mujer? se han despertado al unísono...ya sabes quién soy verdad?
-Sí, El Ángel del Juicio Eterno...Mi justiciero...ahora comprendo porqué has estado viniendo...pero si has llegado hasta aquí porqué no has levatando acta? por qué no has preparado el juicio? por qué no me has dictado sentencia como dicta el cielo? por todas y cada una de mis trampas...
-Lo he estado pensando tejedora, y en el devenir de mis pensamientos, he descubierto tu mundo, tus guardianes, y la dueña de tu colgante lágrima...nunca debió de ser ella tejedora, nunca debió de serlo...
-Ella...es lo único que queda, su esencia, agitada hoy, lo suficiente como para traer a mi lirio en esta forma humana, en esta forma protectora, pero si lo miras, hazlo!!miralo!!!, sabrás...
-No quiero!!!no quiero mirarlo, sé...
Chronos hasta ahora estático, saca ese pequeño reloj detiene sus agujas y enfrenta al ángel y al lirio negro, ojos frente a frente, azules y negros, ambos dos se están mirando, ese lirio transformista ha traido a la escribiente del mundo de los muertos, y el ángel y ella se están mirando nuevamente, del suelo la lágrima derramada, el recuerdo en el aire de aquel beso de fuego, que a ella la condenó a la muerte, y a él a vagar eternamente entre los dos cielos, junto con su corazón roto y su alma ajada, ella se llevo todo en ese beso, aunque fuera su muerte, para él supuso mucho más, porque en ese único y último beso aprendió a amar, a sentir, para luego añorar eternamente a la mujer que peleó hasta el último segundo por demostrarle que hasta el demonio tiene sueños...
En este momento ambos nuevamente encontrados, mudos, reconociendose, esperando oirla en boca de aquel transformista, esa última oportunidad de decirle,porque era cierto, este era su último día de vida, y en ella debía llevarse a la tramposa, había venido a dar muerte a la tejedora, por eso su lirio se había transformado en la única persona que podía hacerlo recapacitar...
-Aunque lo parezcas, no eres ella, solo eres una ilusión, un espectro de mis recuerdos...ella, no me miraría con esos ojos, porque, ella...
Ante esas palabras el transformista desaparece, se deshace en el suelo, y Chronos ha gastado su última carta, cómo ayudar ahora a la tejedora? ese maldito ángel es cierto que no tiene alma...
-Llego el momento tejedora, vendrá Hades a despedirse de su esposa? o podemos irnos en este momento?
-Hades está como siempre, mirando desde su infierno, él siempre está a mi lado, aunque no sea visible, y a tu pregunta de si podemos irnos, lo haremos, pero en honor a esta lágrima, no puedo hacerlo sin luchar, lo comprendes, verdad?
-Por supuesto, no esperaba menos...
El lirio apocado en el suelo, se rehace ante las palabras de su dueña, y eleva sus pétalos al cielo, rodeando completamente a la tejedora, mientras Chronos intenta en vano detener la mano que alza el ángel del juicio final, con su libro de juramentos, donde inscribe a todo aquel que se lleva para siempre del mundo de los vivos o muertos...
Vuelve a centellear la lágrima, es lo único que detiene al ángel, es lo único que queda de ella, si destruye a la tejedora, también destruira la lágrima...ni siquiera sabe porqué pero se detiene ante su centelleo, le recuerda sus ojos...hilo y aguja se alzan hacia la lágrima, produciendo un efecto mágico, instante donde Perséfone estrella la lágrima contra el suelo y la derrama completamente ante el estupor del ángel, paralizado, horrorizado por el gesto de la tejedora...sin embargo al tiempo que se derrama, Hades abre ligeramente la tierra haciendo una pequeñisíma zanja impermeable donde la esencia de la lágrima no se evapora ni se absorbe, sino que allí descansa...aguja e hilos al instante rodean el maravilloso contenido de la lágrima...centellea un instante y ahora sí , el espectro de la escribiente aparece delante de todos...
-Llevame contigo, no me dejes aquí tejedora, juntas viviremos o moriremos pero no me protejas, llevame contigo...
El ángel atónito, la está viendo, de espaldas a él, pidiendo su muerte junto a la tejedora, y la tejedora ha hecho todo solo para mantener la lágrima viva, al fin se da cuenta del contenido de esa lágrima, es el alma, la que él no pudo consumir en aquel maldito beso...
-Tú...-Y la escribiente se vuelve ante ese vocablo-
Atónita lo mira, es él, de dónde salió?...Sus ojos se vuelcan en él, y le preguntan:
-Has venido a besarme otra vez? -Una sonrisa dibuja su rostro-
-No...pensé que habías muerto totalmente, vine a llevarme a Perséfone...
-Ahh, así que tú eres el culpable de que ella esté separando mi alma de sus trampas...por eso me ha protegido...quieres hacer un trato conmigo?
-NOOO-Ahora es la tejedora quién no da crédito a las palabras de sus escribiente, más Chronos y su lirio suavemente la apartan, a una orden del señor del Tiempo, Hades abre una llaga en la tierra para proteger a su amada esposa, todos saben que es hora que acabe la historia del ángel y la escribiente...más esta tramposa mujer no quiere perder su alma...
-Un trato contigo? la última vez que lo hicimos yo quede en este estado, y tú en una lágrima...aún así, mujer, quieres volver a hacer un trato conmigo?
-Sí, claro...-esa sonrisa dibujada en sus labios llega a sus ojos- el ángel cambió totalmente de rictus, en sus labios también baila una sonrisa, al igual que en sus ojos empiezan a llamear ligeramente sus brasas...
-Creo que deberíamos empezar donde lo dejamos no?. Lentamente se va acercando a ella, mientras el suelo arde, peligrosamente llegando a la esencia de la lágrima, la que proyecta el alma de la escribiente...
-Sí, justamente donde lo dejamos...aún lo recuerdo...
Llega a su altura, sus alas respuestas también arden, todo en él se ha vuelto fuego, en ella en cambio, todo es agua...sus ojos arden, ambos se pegan, el ángel escucha un extraño sonido proveniente de su cuerpo, desconocido para él, hasta el momento, un tic-tac extraño proveniente de su pecho, que está haciendo que las llamas se apaguen levemente, para juntar en este beso el corazón del ángel y el alma de la escribiente, que al unir sus labios sonrientes despliega en el cielo la tormenta perfecta...acogiendo en aquella pequeñisíma zanja de Hades ambos cuerpos, transformando aquella lágrima ahora en un tono rojizo provocado por el fuego del ángel, que automáticamente vuela al cuello de Perséfone, que ahora tiene si cabe aún más una lágrima mágica pero también descontrolada por el fuego del infierno...
Esta vez fue su escribiente quien hizo trampas, para salvarla, de ahora en adelante, sabremos que da esta extraña lágrima...
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