Donde los sueños tienen cabida siempre, acá donde el alma nace, se reproduce, crece, y de vez en cuando muere, siempre en las alas del amor que te da el alma, sencillamente viviremos los sueños...
viernes, 8 de enero de 2016
SILENCIO AMOR...MI CORAZÓN DUERME...
"Pensé que sería un nuevo camino el que seguiría, pero me doy cuenta que sigue siendo el mismo, casi con las mismas acciones repetidas, el único consuelo es que el dolor ya no es el mismo, y es lo que me da miedo, que ya ni el dolor estimula mis sentidos, vuelvo a ese pozo del que creía había salido, para caer en la tentación de volver a mirarme en tus ojos, sin embargo, los siento lejos, casi como los míos, sin vida, ajenos a la vida que pasa a mi alrededor, a los cuentos que mis dedos se niegan a hacer, mi mente una vez más difusa no sabe por donde ir, hacia dónde, cómo la primera vez que me enfrente a uno de estos folios en blancos, al igual que hoy mi corazón no encuentra sosiego, y cansado de imitar los sentimientos que deberían tener vuelca todas las ilusiones perdidas en estas letras, en la necesidad de creer en ti, en tus mentiras, en aquellas frases que para mi eran ciertas hasta que te vi con ella...es raro reconocer y escribir estas letras pero la única verdad es esa que hoy por hoy yo sigo teniendo que pedir los te quiero que a ella le regalas, y estoy cansada de hacer eso, de este sinsentido donde van muriendo mis ganas, mis alas, mi corazón y hasta el deseo de hacer el amor...
Tú, qué palabra más corta! y hubo un momento que esa palabra era todo lo que necesitaba para vivir, para respirar, para seguir adelante, hoy por hoy, tiene otro matiz, ese Tú se reduce simplemente a un adjetivo, no sé cuándo llegué a este estado, ni cuándo sentí que ya no había forma de volver a atrás.
Recuerdo la primera vez que te vi, mi corazón volvió a latir en aquella primera vez, en aquella mirada, en tu sonrisa pícara, en aquellos ojos engatusadores, pero resulta que todo era mentira, todo estaba basado en una necesidad prosaica de ti mismo para volver a sentir, para recuperar algo que estabas perdiendo y que yo no sabía, sino no hubiera puesto todas y cada una de mis esperanzas e ilusiones en ti, en tu mirada, en aquellos labios que me hacían temblar...si hubiera sabido ni siquiera me habría deshecho de mis protecciones, las hubiera aumentado, hubiera hecho que se fortalecieran de tal forma que jamás te habría dejado entrar en mi vida, y escúchame bien, no es por estar arrepentida de haber vivido todo lo que tuve contigo, no, sino que el daño ha sido tan profundo que no consigo levantar las alas, que aún estando muerta sigo atada a tu maldita mirada...
Es un tiempo nuevo, se supone, pero sigue siendo el del siempre, el que no deja de doler, este que a base de dejar de sentir ha conseguido matarme sin esperanza de resucitación. Qué extraño! No sé porqué hoy me atreví a escribir a corazón abierto todo el dolor que me has causado, sin nombres, eso sí, sin hechos, porque han sido tantos que no podría enumerarnos, ya no...de qué valdría enumerar una sucesión de hechos que aún hoy siguen sucediendo? Yo lo he permitido, yo lo estoy permitiendo, aún sabiendo que ya no puedo morir más, que no puedo sufrir más que mi capacidad de asumir más dolor sobrepasó mis propios límites, que haga lo que haga ya no me produce nada.
Puedo escribir durante horas como me siento, qué daño me has hecho en cada segundo, las marcas y cicatrices que has dejado en mi alma, profundas, incurables porque han sido desterradas, en un momento en el que ni siquiera fui consciente todo lo que por ti sentía se había evaporado, sólo sé que ocurrió por tu forma de ser, por dejarme completamente sola, de ir matando todas y cada una de mis ilusiones, por no mirarme a mi, por ir mirando todo menos yo, por no pensar en el daño que me hacías, cada palabra, cada gesto, cada desprecio, fue destruyendo mi corazón, ese que temblaba el primer día que te conoció, que latía tan solo por el hecho de escucharte, daba igual si estabas de buen humor o enfadado, aquel corazón que hubiera matado por ti, que se hubiera tirado delante de un tren si se lo hubieras pedido, que hizo trampas, que hasta robó para poder verte, para tan solo sentir un abrazo...
Sí, cada uno de mis locuras por ti, fueron respondidas por un desprecio por tu parte, cada vez más fuerte, cada vez más grande...y aquí estoy delante de esta página en blanco, rellenándola como quién rellena un formulario para hacer un curso de inglés...no sé cómo llegué a este extremo, no, un momento, miento, si sé, cómo he llegado aquí, gracias a ti, a tu forma de ser conmigo, a esos vacíos, a ir diciendo una vez y otra: No.
Nunca he conocido a otra persona que dijera como tú tantas veces no...ya me da igual que lo digas, por qué sabes qué? Ya no me duele que lo hagas, me acostumbraste a no estar, a perderte, a irte, y me quedé en este silencio a tu lado, lo único que no entiendo es porqué no me voy, yo...es increíble que no me haya ido físicamente, emocionalmente no sabría decir donde estoy, porque conforme me entero y encuentro mas pruebas que yo solo soy un adorno en tu vida, cuánto más pruebas tengo que solo ella es la persona que amas, más apática me vuelvo, casi ni reacciono, ya no sé si es dolor o decepción o simplemente que no puedo más con esta opresión, y sigo aquí en silencio, sin querer inconscientemente ni tus besos, ni tus gestos cariñosos ni nada porque solo me saben a puras mentiras, a gestos automáticos para consolarme, para tenerme cual perro pegada a tus pantalones, sin embargo no los quiero, ya no...no puedo sentir calor, ni afecto, y tus palabras sobre volver otra a ella, a no soportar el contacto, a usarme de excusa para verla, ya no me duele, fíjate, mientras a ella la quieres mucho, a mi no me quieres nada, mientras a ella se lo dices, a mi me lo callas, aún así aquí estoy, por qué?
Es un misterio hasta para mi la respuesta a la pregunta del millón, y me la hago yo misma cada noche cuando me volteo y te siento a mi lado, pero lejos, tan lejos que ya no duele...
No duele, eso debería darme una conclusión, una clara, una que no formulo en mi mente, que no tengo las agallas de reconocerme, yo, la mujer valiente, en el fondo sigo siendo una cobarde, porque no soy capaz de preguntarte de frente, o mejor dicho porque no quiero escuchar las mentiras, que aunque para ti sean verdad, para mi no son más que palabras vacías, porque los hechos demuestran incontestablemente que no es a mi a quien amas, más bien no es a mi a quien quieres, ni siquiera a eso llegas, pero quizás es hora de preguntarte, o quizás no, tan solo Tú puedes sacarme de dudas...
-Te estoy mintiendo, lo sé, no necesitas formularlo en alto...
-No iba a hacerlo, sé que tú mejor que nadie sabe que me estás mintiendo, sólo que en este caso voy a dejarte hacerlo, porque de vez en cuando también yo te mentiré, porque estoy cansado de tanto dolor...
-Pero yo no soy así, lo sabes, cuando miento, me siento mal, me revuelvo dentro de mi, me aparecen las dudas existenciales y mi cabeza se vuelve un caos tan imposible de ordenar que grito una y otra vez tu nombre para que me escuches, porque Tú..
-Porque Yo te miraré y dejaré que duermas mientras charlamos, y nos encontraremos en aquella piedra donde sigues llorando desde que te dejé allí...cuánto tiempo hace de aquello mujer?
-No lo sé, ya sabes tengo mala memoria, siempre la he tenido excepto cuando de nuestras interminables charlas se trata...
-A veces también las olvidas, porque de otra forma no podrías vivir, ni sentir, sé que esa palabra no te gusta, no me mires así, pero yo, tú sabes que yo, solo sé hacer eso, sentir, una y otra vez, romperme tantas veces que pueda venir a recoger tus pedazos y recomponerlos infinitamente...
-Me has recordado las palabras de alguien con esa metáfora...
-Lo sé, él también te lo dijo en su momento, y sé que lo hubiera hecho, solo que...sí mujer, sé que a veces sigue siendo duro hacer lo correcto y quedarte quieta mirándolo partir, lo hiciste muy bien, no importa cuánto dolor soportaste, lo rehiciste y lo dejaste ir, no hay nada más bonito que hacer eso, y aún lo sigues haciendo, por eso mujer, aunque él no te quiera, yo, esta obra extraña, te quiero tanto como tú a mi.
-No deberías haber dicho eso, no puedo llorar, ya sabes, los muertos son incapaces de expresar sentimientos, y aunque las lágrimas amenazan con caer, conseguiré retenerlas un segundo, tiempo suficiente para decirte que yo también te quiero.
-Ahora son mis lágrimas las que no se han detenido mujer, porque supongo que por una vez, tú y yo podremos llorar juntos, mientras hago que tu corazón se fortalezca un segundo para que no tenga miedo, para que afronte el final como siempre, con entereza, como la mujer "fría" que yo creé.
-Sí...como esa mujer que no sé dónde se fue pero que hoy ha vuelto con esas palabras absurdas: no íbamos a ir a tomar un café donde....?
-Lo siento-agacha la cabeza para no dejar ver sus ojos ni sus lágrimas mientras observaba la vista perdida de aquella mujer que siempre ha sido su debilidad.
-No, no tienes que sentirlo, tú, no...ni siquiera yo, nadie tiene la culpa de que mi corazón haya vuelto a su sueño eterno, así que ahora ambos invernaremos hasta el fin de los tiempos.
-Sí, sí tiene alguien la culpa, una única persona, con nombre y apellidos concretos, alguien que estará en la lista de mis decepciones mujer, alguien tiene la culpa de haberte dejado en este estado, porque prefiero verte llorando desconsolada a verte así, con la mirada perdida, vacía, fija en ninguna parte...
-Lo siento, tengo un grave problema a la hora de mostrar los sentimientos, ya lo sabes, más aún cuando ya los durmieron a fuerza de ir despreciándolos tantas veces, procuraré mirarte a ti, porque a ti nunca te puedo mirar con los ojos vacíos en ninguna parte-una débil sonrisa ilumina esas palabras-
-No es necesario que te esfuerces, yo sé que a mi nunca me mirarías con ese vacío, sé que la mayoría de las veces me miras con enojo, con enfado, porque soy el único "HOMBRE" que he conseguido hacer eso.
-Sí, es cierto-ahora la sonrisa es sincera, se ensancha en su cara al mirar como aquel hombre la mira-
-Creo que deberíamos irnos a dormir, no crees?
-No, no quiero que me duermas, ni que me hagas olvidar, hoy te lo agradezco de verdad, pero quiero asumir este vacío, este sueño eterno, porque desde hoy mi corazón duerme.
Él la mira, como la primera vez, ve sus ojos perdidos en la nada, su sonrisa a medias, ese dolor que ni a dolor llega, siente como su corazón se ha detenido otra vez, como al principio, es duro ver como se volvió a cerrar, cómo su joya más preciada ha vuelto a cerrarse y todo por alguien que ni siquiera se ha enterado que lo ha estado amando más que a sí mismo, lástima que haya tantos ciegos perdidos en otras miradas.
Sigue su mirada fija en ella, la ve agachar la cabeza, coger aquella pequeña piedra, sonreír con su extraña tristeza, su corazón golpea y casi inconscientemente alarga su mano para hacer latir nuevamente aquel corazón que Él puso en la tierra, sin embargo las palabras de ella lo detienen, a pesar de aquellas gruesas lágrimas, ella tiene razón, le acaricia el pelo y se marcha...
-No quiero volver a sentir...-esas fueron las palabras-.
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