Donde los sueños tienen cabida siempre, acá donde el alma nace, se reproduce, crece, y de vez en cuando muere, siempre en las alas del amor que te da el alma, sencillamente viviremos los sueños...
domingo, 20 de noviembre de 2016
NO HAY NADIE PEOR QUE YO....
"He vuelto a verte otra vez, en el mismo lugar, donde nos conocimos hace años, como un recuerdo inerte que aún a veces duele, pero que es lo único que mantiene mi alegría...en esta ocasión podría gritarte que es invierno denso, frío, largo como si nada tuviera razón en mi.
No sé por donde empezar o qué decirte, solo sé que necesito desahogar el dolor que no se va, y es mal día para expresarlo como yo mismo, así que si no te importa qué tal si te lo digo a través de algo qué escuché?.
Debería haberte explicado porqué me fui, pero...odio las despedidas, no se me han dado bien nunca, es otro de los múltiples defectos que tengo, ya lo sabes, casi es imposible que yo cambie, o que cambies tú, estamos en una disyuntiva rara...por llamarlo de alguna manera.
Tú en lo más alto, tienes todo lo que quieres, todo lo que has deseado, yo...no voy a darte el gusto de decirte donde estoy yo, aunque supongo que a estas alturas piensas que estoy mejor que tú, cómo te sientes? te duele? daría lo que fuera por saber si por una vez te duelo, no sabes cuánto daría!.
Pero es imposible que yo te duela, nunca lo hice, nunca lo haré, aunque tú nunca sabrás cómo me dueles a mi, cuánto me dueles, tanto que he desperdiciado toda mi vida, que soy incapaz de seguir adelante sin caer una y mil veces en el mismo sitio, en ti, en tus recuerdos, en todo aquello que dejamos atrás, y que hoy sigo pidiendo a gritos, yo no sé dónde estás, pero me sigo ahogando cada vez que apareces.
La última vez que nos encontramos seguías temblando, yo jugando...no sé a quién le dolía más, sólo sé que hoy sigo jugando y no sé si tú sigues temblando. Desde cuándo me odias?. Hay demasiados preguntas sin respuestas y no puedo hacer nada por averiguarlo, o quizás sí, pero no quiero, no quiero saber en el fondo cuánto me has odiado, cuánto me has querido, o si alguna vez lo hiciste, sigo siendo el mismo cobarde de siempre, el que nunca pregunta, el que se esconde tras miles de máscaras, el que miente para obtener lo que desea sin implicar el corazón.
Podría decirte miles de cosas, incluso la verdad pero entonces dónde quedaría yo? dónde mis sentimientos? dónde mi alma? Soy incapaz de desnudarla ante nadie, a veces ni ante mi, es otro de mis múltiples defectos.
No sé por qué te escribo todo esto, lo más probable es que jamás envié lo que te escribo, porque sigo siendo el mismo cobarde no lo olvides jamás, todo el daño que te hice, no fue por falta de amarte, fue por falta de valentía y sé que tú odias eso, lo sé, y cada noche me he preguntado cuánto me has odiado...
Quizás sea peor seguir preguntándome a mi mismo que ir a tu encuentro y preguntarte de frente a ti, pero ya sabes, volvemos a lo mismo, a mi cobardía, esa que es imposible de enfrentar, que no se va, que se queda a mi lado, que hace que no viva una vida plena, sino una a retazos, entre tus recuerdos, entre esos besos robados, entre esas noches en las que mirarte era el único consuelo que encontraba para calmar mis pensamientos, mi sed, mi hambre, mi alma...
Puede que estas letras ayudaran a entender mi actitud pero en el fondo todo se reduce a una cosa, por mucho que quiero excusarme, tengo que reconocer que solo se reduce a una verdad inexplicable: soy un cobarde.
No niego lo evidente, hoy no, durante demasiados años lo he negado también. Recuerdo tus gritos pidiéndome que no me fuera, se clavan día tras día en mis oídos, despierto o soñando, te escucho, te veo llorar, y escucho en mi cabeza las noches que llorabas mientras pensabas que yo dormía que no te escuchaba, no volví, lo siento amor mío, ni volveré, tan sólo me quedan estos recuerdos, aquellos sueños y un corazón tan desgarrado que no sé dónde está.
Por favor...palabras mágicas que nunca pronuncié, tú sí, cuando las escucho por casualidad, duelen, se vuelven a clavar y dejó de respirar, me recuerdan a tu voz, a tus ojos expectantes mirándome, amándome en ese maldito silencio que yo mismo impuse, y yo me daba media vuelta y me iba.
Déjalo mujer no vuelvas atrás, el tiempo no vuelve al mismo sitio, no quieras volver a recuperar algo que no podré darte, jamás volveré a ti, sigo siendo el mismo cobarde que dejó que te fueras, eso no va a cambiar, si te hablo de todo esto es porque no soy capaz de cambiar ni un ápice mi cobardía, sigo amándote, quizás más que nadie lo haya hecho, pero también es cierto, que te he amado de la forma más miserable que ha podido un ser humano hacerlo.
Aléjate de mi, de los cobardes, miserables, egoístas que hay en la vida, eres demasiado noble y acabarás buscándome a mi, sin saber que yo soy lo peor que ha pasado en tu vida.
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