Había una niñita traviesa… de unos 7 años, veraneaba con su familia,
Padres, tíos, abuelos, hermano y primos…En una linda masía...
El abuelo era el dueño de esa masía, y esa niña era su preferida, ella con ojos muy abiertos,
A su abuelo siempre seguía, Le intrigaban las cosas que el hacia…
El abuelo una mañana, bajó al pueblo con su Chevrolet, ha comprar botes de pintura y pinceles de todos los tamaños,para pintar persianas y puertas de la masía, De un verde oscuro brillante, el siempre compraba lo justo y suficiente, para sus que haceres…
Ella estaba a la expectativa, viendo llegar al abuelo, este sacó del coche todo cuanto había comprado,Esta sin preguntar, lo seguía con la mirada a todos lados…
Una mañana el abuelo, armó unos caballetes, Encima puso una persiana de color verde,
Se dedicó ha rascarla y ha pintarla muy delicadamente,
La niña le observaba y sonreía al verle, Su abuelo disfrutaba de aquel momento,
estando a solas pintando con su nieta prefe…
Pero el no podía imaginar, lo que por la cabecita de la nena en ese momento acababa de pasar…
A la mañana siguiente, la niña se despertó, a su prima llamó, para llevar a cabo Lo que el día anterior había tenido en mente…
Su prima renegaba pues eran las 5 de la mañana, los gallos cantaban y apenas se veía el sol,
Pero igualmente la cómplice se levanto… Murmurando y preguntando...
¿que vamos ha hacer hoy?....
La bicho je jeje con una sonrisa traviesa… le dijo no te quejes y ven conmigo, haremos algo divertido… ven conmigo… je je je
Las dos niñas bajaron silenciosamente al garaje, donde el abuelo tenía su lugar de trabajo, pinturas, pinceles y toda clase de enseres…
La prima preguntaba constantemente… ¿Que estamos haciendo aquí?
Lo cual no obtenía respuesta, solo una mirada malvada y una sonrisa traviesa,
esta al mirarla se sentía nerviosa e inquieta…
Con la sonrisa traviesa en sus labios… Le puso un bote grande de pintura verde y una brocha en las manos, ella hizo lo mismo… ahora cada una tenía pintura y brocha, para poder pintar… todos dormían, nadie se podía pensar con lo que se encontrarían al despertar.
Así que las dos marcharon cargadas, con los botes y brochas, hacia las pocilgas…
Desde la terraza de la masía, era lo primero q se veía…
La nena dio las órdenes… de lo que se tenía que hacer... mientras la otra... murmuraba y preguntaba... ¿No nos van ha regañar? Le respondió con una sonrisa de par en par…
Nooo, tranquila, ya veras que chulo va ha quedar…
Pues eaaa… las dos en la pocilga empezaron a pintar,
una pintaba paredes y barreras… (La prima)
Mientras que la otra se dedicaba a pintar, todo lo que ante ella se movía… je je je
Cerdos grandes y pequeños, ninguno sin pintar quedaría…
Las dos disfrutaban como nunca lo habían hecho… pero más disfrutaba la traviesa,
Porqué no dejaba ningún cerdo sin su particular diseño…
Cuando el sol empezaba ha despuntar…el bicho dijo… hay que marchar…
mientras que la otra no dejaba de pintar…
La puerta de la masía se abrió (empezaban ha despertarse todos) el abuelo a la terraza salió… y fue lo primero que vió… La pocilga pintada de verde y todo ser viviente del mismo color…
Se puso las manos a la cabeza y gritaba... OH! No, OH! No…
La niña traviesa le oyó… y le dijo a la prima… OH, OH nos pilló…
Por los gritos del abuelo, empezaron a salir todos somnolientos y mirando
hacia donde señalaba el abuelo… Este terminó soltando una enorme carcajada,
al ver aquel espectáculo… le parecía q lo soñaba...
La pocilga, cerdos y niñas…todo tenia el mismo color…
los demás no daban crédito a lo que veían… al final todos como locos reían…
El payés de la masía, también las descubrió… y una enorme carcajada de su boca salió… cogió a las dos niñas y les dijo alaa os pillé…
Ahora tocará limpiaros a las dos… ya que ambas vais de verde… je je je ,
pero… lo demás nada podré hacer…Deberá pasar mucho tiempo,
para que todo quede como antes otra vez…
Las dos se fueron con el payés… el abuelo y ambas madres les siguieron…
en el patio central de la masía se detuvieron…Y empezaron ha hablar entre ellos.
Las dos niñas se preguntaban ¿Cómo acabaría todo esto?
Pero no les dio tiempo a dar contestación alguna…
El payés, el abuelo y la madre del bicho, habían planeado un escarmiento para ella…
la pusieron en un cuenco enorme de madera, con agua, jabón y una piedra pómez
para limpiarla y de todo aquello se arrepintiera…
La cómplice estaba con la madre, la cual con aguarrás muy suavemente la frotaba
y la pintura poco a poco se quitaba…
Una vez finalizada la tarea… todos se reían a carcajadas, al ver la pocilga y los cerdos
con ese color que los marcaba…
Y todavía aún hoy… esta anécdota perdura y va ha perdurar, todos se ríen al pensar,
en ese día tan espectacular…
¡Y la traviesa! ¡O sea yo! Más me río, porque fue el más divertido lío en el que por voluntad propia me he metido… jsjsjsjsjsjs…
p.d: Este es creación de una amiga, que compartió sus recuerdos, gracias^^
gracias a ti, por compartirlo y reirte mientras me acordaba jejejejejeje muakissssssssssssss ^^
ResponderEliminarmadre mia! jajaja, jo, yo nunca fui capaz de hacer una travesura :( , me sentía culpable sólo pensar en algo q pudiera disgustar a alguien!, como para hacerlo ufff, siempre fui incapaz, me entraban remordimientos prematuros :)))) Bueno, siempre me queda divertirme y reirme escuchando las travesuras de los demás ;)
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