“Se apagó la luz, de repente se hizo la oscuridad total y absoluta, el silencio aullaba en los oídos, aunque parezca una contradicción así era, así se presentaba la noche, como todas, para él la noche suponía muchísimas cosas, entre otras esa oscuridad absoluta, carente de luna, carente de sentimientos, todo lo que lo rodeaba se había vuelto yermo, sin vida, todo lo que tocaba iba muriendo, día tras día, esa era la única verdad de su vida, no sabía como pero es lo que pasaba, iba matando todo a su paso, a veces pensaba que era descendiente de Atila, o que alguna maldición lo estaba castigando, no sabía porqué pero su corazón cada día iba matando, no podía cambiar, aunque en realidad ni siquiera lo había intentado, solo sabía que por una vez no quería la oscuridad ni el silencio, ni todo aquello que iba matando, había encontrado una persona por la que merecía la pena luchar, y no quería matarla, aunque en el fondo sabía que era imposible conseguir eso, porque ella….
Cómo decirle a alguien que estás maldito? Qué matas todo aquello que entra en tu vida? Cómo se explica eso? Cómo decírselo a ella?. Debía hacerlo, lo sabía, era la única persona a la que le daría la opción de elegir pero le diría la verdad, a lo que se arriesgaba, porque ella merecía esa dispensa, o quizás que ya no era el egoísta de cuando empezó la maldición, ahora era más caritativo, al menos con ella, y no sabía porqué, pero la había citado allí para contarle la verdad.
-Hola, qué tal?
-Bien , gracias, perdona por haber llegado un poco tarde pero me ha retrasado el tráfico.
-No te preocupes, está bien, las buenas mujeres se hacen esperar.
-No sé si seré buena mujer, pero muy puntual no suelo ser :P.
-Te he citado aquí para decirte algo importante, no ha sido por capricho ni al azar, y sé que estarás pensando, te conozco, por eso me adelanto a tus pensamientos, y ya te digo, pero antes de nada, de decirte tienes que contestarme a algo con total sinceridad. Quisieras ser algo más que una amiga en mi vida?
-Con total sinceridad, esas cosas no deberías preguntarla de esa forma, es complicado responder, deberías saber eso al menos, queda la dignidad de la mujer en juego, y nuestras tretas también, o acaso no sabias?
-Sí, sé todo eso por eso te dije, contestame con toda sinceridad o no seguiremos con esta conversación, ni con ninguna más, es lo único que te pido, si quieres bien, si quieres jugar, me temo que entonces no podrás porque se acabará cualquier atisbo de conversación aquí.
-De acuerdo, no jugaré, sí, te contestaré sinceramente, sin rodeos, sí, quiero , me gustaría ser algo más que una amiga tuya.
-Bien, ahora tengo que contarte algo que por muy sorprendente que te parezca es real; yo estoy maldito , si decides quedarte a mi lado y conocerme como hombre y a ti como mujer, entonces morirás, mi maldición es matar todo lo que amo, cuánto más te ame, morirás en peores condiciones, sufrirás todo el amor que yo esté sintiendo, me maldijo una bruja al nacer, a toda la familia en realidad, pero ya solo quedo yo, ahora puedes irte, no contestes, tómate tu tiempo, cuando hayas decidido lo que realmente deseas y quieres, házmelo saber, sabes donde encontrarme.
Anonada por lo que él le dice, atónita ante tal revelación, se queda más aún cuando ve que se ha dado media vuelta y se marcha a paso lento, como si realmente el mundo y su gravedad pesara sobre él, sólo sobre él, debe ser una broma lo que dijo, no puede hablar en serio, pero…si fuera otra persona, igual podría creerlo, pero de él…maldito, moriría? Contestar a aquello? Morir sufriendo? Entre grandes dolores?, ni siquiera podía plantearse la cuestión de vivir una historia de amor, cuánto más una tan complicada, con un hombre tan complicado, al margen que fuera real su maldición, sabía que la única opción era alejarse de él, o simplemente ser amigos, si él mataba todo lo que tocaba, ella no deseaba ir consumiéndose día a día tras unos labios que en realidad la quemarían…él había sido sincero, ahora le tocaba a ella en honor a esa hermosa amistad que tenían.
Aquel lugar, sólo lo conocían los dos, alejados del bullicioso mundo, en medio de aquella estepa, bajo el único árbol que alumbraba aquel sendero de piedra, casi todo estaba muerto, era lo extraño, la hierba estaba seca, el árbol también, sin embargo él siempre estaba allí, y por alguna extraña razón ella se sentía bien en aquel lugar, en su compañía, podían hablar de todo, en cualquier momento, no había límites, no los necesitaban, ahora por primera vez se hacia difícil mantener aquella conversación.
-Hola, no sé si he tardado mucho o no en venir para ti, pero aquí estoy y por primera vez desde que nos conocemos no sé cómo empezar a responderte, se me hace difícil, cosa que nunca ha pasado contigo siempre ha sido fácil hablar de todo, y ahora…
-Ahora estás pensando que digas lo que digas cambiará para siempre nuestra amistad, nuestra forma de percibir la vida, incluso de afrontar la vida, que mi maldición parece un cuento, que no soy capaz de matar nada, heme aquí, a ti también te estoy matando, en este mismo momento…
-No, no me matas, me duele el momento, no quisiera despedirme, ni irme, ni dejarte solo, no quisiera que este momento hubiera llegado, porque hasta hoy todo era perfecto, amigos, los mejores del mundo, y llega el momento en que tenemos que decidir si esto debe ir más allá, y si debo ser práctica, como casi siempre, debería decirte adiós, y no por miedo a morir, ni a sufrir, no, sino por miedo a que la situación entre los dos cambie tanto que nos perdamos el uno al otro, que no seamos capaces de reconocernos cuando nos miremos, que como en este momento nos sea difícil hablarnos, comunicarnos, decirnos, a que tú confundas los sentimientos, a qué yo no pueda controlarlos, y traspasemos los límites que nunca sobrepasamos, o que sí sobrepasamos pero que fuimos capaces de replegarnos tantas veces que aún podemos mirarnos a los ojos sin desear acabar haciéndonos el amor en cada segundo en el que estamos solos, porque eso es algo que nos pasa desde el mismo día que nos conocimos, y míranos aún estamos aquí sin habernos tocado, sin habernos besado, siendo tan solo…amigos.
-Quieres decir que tu respuesta es esta? Qué no vamos a traspasar ni ese límite? Ni tan solo una caricia, tranquila, dulce, te prometo no volver a repetirla, pero una leve caricia, mientras cierras los ojos, te acaricio los párpados tus mejillas, y noto como el dolor inunda mis entrañas, como en cada movimiento mi voluntad se va abandonando a tu piel, sin darme cuenta me acerco a tus labios, rodeo tu cabello entre mis dedos, caigo absorto a tu encanto como siempre, noto como mojas tus mejillas, lo sé, te conozco demasiado bien, sé que lo harás, notaré mojada tu cara, tus labios se entreabrirán para dejar escapar ese leve sonido que solo tú produces, yo desearé fundirme en ellos, casi sin que te des cuenta rozaré mis dedos en tus húmedos labios, los sentiré cernirse sobre ellos, entonces abrirás los ojos, al levantar los párpados tus lágrimas se harán más gruesas yo callare tus palabras con mis propios labios, sentiré que esta vez es la muerte quién a mi persigue…sé que te irás, lo harás, no volverás a hablar de este momento, no volverás a traspasar un límite impuesto, esta vez yo seré mi propio caballo, arrasaré conmigo mismo, no necesitas mirarme así, tanto silencio es agotador mujer…
-No sé qué más decir, como tú dices ese momento cambiaría todo entre los dos, eso te lo concedo, no puedo más, lo siento, no soy capaz de darte más , ni de perder más de mi, si pierdo el control tú y yo nos iremos a un abismo del que nunca saldremos, nunca…
-Me conformo con eso, tan sólo vete cuando acabe el instante, sino lo haces, no sé cómo reaccionaré, tú eres la fuerte, yo, yo no podría dejarte ir, lo reconozco querría más de ti…te toca amiga, mi más mejor amiga….
Una sonrisa melancólica se dibuja en el rostro de ella, más es todo lo que queda ese momento, único para los dos, soñado, anhelado, un límite hasta ahora infranqueable, en este momento lo esta siendo, sus manos temblorosas se enredan en su cabello, cierra los ojos, y deja que él haga el resto, su respiración se agita al sentir los dedos de él recorriendo su rostro, respira profundo y aspira su aroma, lo inmortaliza, no es un sueño, ya no, su corazón palpita desbocado, siente como una de sus manos se enreda en su cabello, roza su oreja, tiembla…sus ojos se vuelven acuosos, cerrados, protegidos aún por sus párpados, quiere hablar, decirle todo lo que realmente está sintiendo, pero no puede , debe ser fuerte, cumplir sus promesas , no romper ningún límite, él sigue dibujando su rostro con sus dedos, y las lágrimas comienzan a caer despacio, calientes, hasta sus labios, donde los dedos de él están llegando, siente la respiración de él detenida, sus dedos también, casi rozando sus labios, con trabajo levanta los párpados, lo mira, le da permiso para que tome sus labios, tiembla, incontrolable sus sentimientos, el contacto de ambas bocas casi la hace perder el equilibrio, él, apoya una mano en su espalda, ella baja nuevamente los párpados, debería detenerse ahí, irse, alejarse, ya pasó, pero…los labios se entreabren, tímidamente las lenguas se buscan, él acomoda su cabeza hacia atrás, la pega más a su cuerpo, la mente caótica no quiere responder, porque sus cuerpos toman vida propia, tanto tiempo esperando aquel momento y….las lágrimas de ellas ruedan más continuas, frías, en ese enredar de lenguas donde el tiempo se detiene justo cuando él sube su mano por su espalda hasta su cuello, la obliga a abrir los ojos a mirar los suyos, su tormento, su dolor, la forma en que se va consumiendo…como suplica más, justo eso la hace reaccionar, no puede más rompería su promesa, lo mira, esa mirada suya, tierna se enturbia, desaparece, la sustituye esa otra, sin sentido, sin sentimientos, vacia, separa sus labios de los de él, tiembla sin control alguno, convulsa, lo sigue mirando, mientras sus pies se obligan a caminar en el sentido contrario donde él está, las lágrimas cayendo en aquel yermo paraje, haciendo nacer y renacer la hierba que antaño poblaba aquel sitio pero se va…lo deja allí mirándola, partiéndole el alma en dos, lo mismo que ella, pero es su amigo, su más mejor amigo…malditas palabras que hace que el corazón se pare, y fuera de la vista de él, se desploma al suelo, y deja que las lágrimas agoten su cuerpo, su alma hasta no poder más…es cierto, está maldito, lo está, todo lo que toca, mata, pero esta vez nadie se va a enterar.
-Hola, qué tal?
-Bien, y tú?
-Muy bien, quieres ir a tomar algo? Hace tiempo que no vamos por ahí a contarnos nuestras cosas, cuánto tiempo hace ya de eso?
-No sé, desde el día..
-Ah si, desde el año pasado, sí, hemos estado demasiado ocupados como para quedar en persona, pero ya estamos aquí, ahora cuéntame, cómo es ella? Qué sientes?
-Ella es estupenda, me hace reír, nos comprendemos, podemos hablar de todo, sabes?
-No, dime
-Se parece a ti…
-NOOO, jajaja, jamás permitas eso, eso sí que sería una maldición, te imaginas? Dos como yo? Pfff en serio, estarías dispuesto a soportarme por duplicado? Jajjaaj
-No, soportarte, no, porque es imposible hacer eso, pero una cosa es cierta, no podría tenerte por duplicado por como tú, no hay dos…
-Menos mal!! Imagina que dios hubiera cometido semejante delito, creo que entonces el séptimo día lo hubiera usado para descansar de mi jajajajaaj
-YO….
-shh, me alegro que todo esté bien, ya era hora, yo también estoy bastante bien, como siempre, no te preocupes, crees qué me he portado bien?
-Claro, como siempre, tú siempre te portas bien…
-Gracias, a veces tengo miedo que los sentimientos me delaten y no sepa hacer bien mi trabajo contigo, pero me alegro que no haya sucedido.
-Sí, siempre lo haces, ojalá…
-Ojalá las ranas críen pelo, te imaginas? Jerseys de ranas? Jajajaaj, tú crees qué me cabría uno en el culo? Jajajaja
-jajajajajaja siempre igual, tú no cambias….
Vuelve la normalidad, aparente al menos, su corazón sangra
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