jueves, 19 de enero de 2017

OLVIDANDO...


"Grabado a fuego están tus sentimientos,
 hiriendo la piel hasta desgarrarla...
 Clamando al reloj de tu vida aún buscándote,
 destrozo mis anhelos...
 Gritando el silencio tras tus agravios,
 cayendo a pedazos mis ilusiones...
 Como animal herido de muerte
 espero que tu mirada me de el final....
 Perséfone libérame de este infierno,
 no soporto tanta mentira..."

                                Perséfone 13.3.

"-No deberías haber venido a buscarme, lo sabes, verdad?
-Sí, pero es la única forma de verte a solas, de poder hablar, de echar fuera todo lo que siento, estoy cansada que me mienta, que me engañe, que todo esto sea tan solo aire para mantenerme alejada de ti.
-Es por tu bien...
-También estoy cansada que toméis decisiones por mi bien, siempre es por mi bien, para que no me duela, para que nada me haga daño, pero sabes qué? me hacéis más daño así, en este maldito silencio, sin responder mis preguntas, sin decirme cuándo dejaste de amarme, porqué pasó todo esto, dónde están las mentiras, dónde están las verdades, no sé donde irme, tan sólo necesitaba volver a encontrarme con tus besos, tan malo es eso?
Aquel hombre la mira desolado, sin saber que responder a aquella pregunta, no esperaba esta situación, debería haber seguido en el destierro, tanto ella como él, no podían hablar del pasado, ni siquiera del presente, aún menos del futuro, pero tenía la obligación moral de responder a sus preguntas, también debía avisar a la tramposa, porque ella se había escapado de sus dominios para ir a buscarlo, eso significaba una única cosa: había vuelto a recordar.
-Cuándo recuperaste la memoria escribiente?
-Cuando volví a ver tus ojos sin esos extraños relojes Chronos, te soñé la otra noche y sabía que ella me había mantenido alejada de ti, de Yue, sí, también lo recuerdo, tu hijo, sí, también eso, no pongas esa cara. Ambos jugasteis con mis sentimientos, y ella más que ninguno de vosotros dos, porque me alejó para esconderme del mundo, de tu protección, del dolor de Yue, de su venganza, por qué no me dijiste que era tu hijo? por qué te sacrificaste por él? por qué no me preguntaste a quién amaba? por qué?. Me duele la cabeza de hacerme estas preguntas día tras día, sin obtener respuesta, no podéis tenerme eternamente durmiendo,  no podéis, no lo sabéis, ha llegado la hora que me digáis todo lo que necesito, y sí, puedes llamarla, ya no puedo más con este dolor, aunque tú has superado tanto las barreras que has conseguido que a veces ni me duela.
-De acuerdo responderé a tus preguntas mientras ella llega, aunque no prometo que no quiera hacer trampas, esa mujer te adora, tanto como nosotros dos.
-Adorarme? no conocéis el significado de esa palabra, adorar significa engañar, mentir, herir, matar despacio? Yo creo que no, pero es el concepto que debéis tener vosotros porque es lo que me estáis haciendo desde tiempo inmemoriales, después os extraña que tan solo quiera soñar?
-No, no nos extraña niña...
-No me llames así...
Ambos se están mirando como antaño con lágrimas en los ojos, con el dolor patente en cada palabra, sin tocarse, aguantando una distancia mínima antes de derrumbarse del todo, deseando tocar su piel, su cara, sus labios, sin atreverse a hacerlo, antes que nuevamente destruyan todo lo que los rodea.
-Cómo quieres que te llame entonces? es la única palabra que viene a mi mente si he de responder tus preguntas, niña, mi niña mimada, mi niña amada, mi niña dolida, pero siempre mi niña desde que te conocí...eras una niña para mi y aún sigues siéndolo, lo sabes, cómo llamarte mujer?
-Porque me duele cuando me llamas así, porque el pecho sufre falta de aire, porque en algún momento me derrumbaré y querré tocarte, besarte, abrazarte como la primera vez, porque tú...
-Respira despacio, deja de llorar, no quiero verte así, por eso te alejé, porque siempre te hice daño, porque es lo único que te puedo ofrecer por mi maldita condición.
-Dejar de llorar? No puedo evitarlo las lágrimas vuelven a caer como antaño, como siempre que estoy contigo, a tu lado, en tus juegos, en tus engaños, en tus ojos, en tu cara...necesito respirarte, me estoy haciendo sangre en las manos por no tocarte...cómo puedes estar ahí estático? cómo consigues ser inmune a mi? cómo has conseguido olvidarme? Explícamelo porque yo no puedo, por más que lo intento, no puedo, aquí estoy muriendo...
-Inmune a ti? Ja...Estoy temblando y me siento el hombre más pequeño del mundo por no poder besarte, porque no puedo tenerte en mi cama, porque desde que te fuiste mi pecho no ha ardido ni tan siquiera de rabia, porque tú eres y has sido lo único que me hacías falta niña mía...
Sus ojos se encuentran, relojes de arena unos, arrasados por las lágrimas otros, en un vano intento de tocarlo, su mano se detiene en el aire porque tiene vedado tocar a un dios, porque ya no son sus ojos, ni sus labios, porque morirá si lo toca, y también sino lo hace.
-No lo hagas niña, espera un poco, ya casi llega la tramposa, entrecierra sus ojos, inspira-Pregunta ahora dejemos para el final el beso que tanto deseas.
-De acuerdo amor...
Esa palabra se cuela como hielo entre ambos, frío, hiriente, destroza y desgarra a ambos como la sombra de la muerte.
-No quiero saber porqué me has olvidado, soy una cobarde al final, no quiero saberlo, te echo tanto de menos!,casi me ahogo de pensar que me olvidaste, que has seguido viviendo sin mi, que nada en mi es capaz de hacer crecer frutos de nuestro amor, debe estar maldito, porque yo me estoy desgarrando a pedazos, y tú...
-Yo también niña...yo también-es un susurro su voz-
-Sabes? Anoche soñé que me querías, que venías a buscarme, que a mi solo a mi, me decías que me amabas, que estarías conmigo, que tendrías muchos hijos a mi lado, que estaríamos en una casita los dos juntos olvidados del mundo, entre patos, con perros y...
Un sollozó entrecortado rompe el discurso, hace que hiera hasta a los árboles que lo rodean, la tramposa ha llegado justo en el momento en que escucha a su pupila sollozar tan violentamente, sabía que aquello no podía ser bueno, pero antes de alzar sus instrumentos los contempla en silencio.
Su amigo de correrías está en el suelo junto a ella, a centímetros de ella sin tocarla, sus ojos lloran, es la primera vez que ve al dios del tiempo llorar de aquella manera, y ella en el suelo rodeada de lágrimas, convulsiones y sangre...siempre hay demasiado dolor en aquellos encuentros y ella no puede hacer nada por reunirlos para siempre es su castigo, mantenerlos alejados...si lo supieran!...
-Te necesito, de verdad amor mío, te necesito, tócame por favor, tócame no importan las consecuencias, necesito volver a sentir dolor físico, necesito sentir tus labios en los míos hasta que sobrevenga el invierno, te necesito de  verdad amor mío...
-Niña...ay niña! mi niña caprichosa, esta que pide su muerte...
-A tu lado, siempre a tu lado, no quiero seguir sufriendo más, no puedo, te echo demasiado de menos, y esto tan solo dilata en el tiempo mi dolor, el saber que no podré amar a nadie como a ti, porque eres el único al que amo de esta forma, quiero morir en tu cuerpo y no quiero trampas!. Te quiero a ti, tan difícil es entenderlo?
-No, no es difícil entenderlo, pero compréndeme, he de ser yo quien te de la muerte, yo...y no hay nada que ame más que a ti, aún no lo entiendes niña? He muerto con tus ojos, con tus labios, he resucitado con tus cuentos,  con  tus dedos, he sufrido en cada hombre que te ha amado, que ha rozado tu cuerpo, que ha intentando llevarse tus labios, el sabor infinito de tus labios pegados a los míos...he renunciado a ti porque pensé que mi hijo podría hacerte feliz, se parecía a mi, pero no perecerías en el intento de poseerte...
-Yo quiero estar contigo, no soporto más esta muerte lenta, quiero hacer el amor contigo, solo contigo, porque a nadie he amado como a ti, porque no soporto tu frialdad, tu hielo, tu silencio, tu distanciamiento, no soporto no tocarte, me estoy volviendo loca, en estos resucitares míos, no puedo más, por favor...
La tramposa ve como su amigo suspira, sus ojos dejan caer aquellas lágrimas doradas...eso solo significa que va a hacerlo, va a hacer el amor con ella para darle la muerte, sería lo que ambos merecieran pero ella no puede permitirlo, o sí?
Aprieta las manos se clava la aguja y el hilo de plata en su carne desatando la ira de los cielos...Mientras Chronos se desnuda y la desnuda a ella, al fin se acarician entre dolor y alaridos...por donde ambos se tocan se abren llagas, derraman la sangre de su cuerpo, sus ojos se miran, se sonríen como si fueran ajenos a la tortura que sufren, rebosan felicidad al besarse....
Aún clava más la aguja en su carne mientras se desata el infierno...
El corazón de ella empieza lentamente a pararse ante aquel beso...
-Amor por favor hazme el amor , haz que te lleve dentro de mi, te deseo amor...
Sus manos se deslizan por el cuerpo de ella, al igual que las de ellas por el de él, las lágrimas de chronos van provocando quemaduras donde caen, más ella no siente ningún dolor, al fin esta con su amor, al fin se mueve en lento vaivén dentro de ella, no importa cuánto duela, no importa que apenas mantenga la conciencia...
La aguja empieza a lacerar la piel de la tejedora, provocando un pequeño reguero de sangre, la misma sangre que  el dios del tiempo huele, sabe que está esperando hasta el último segundo, por eso levanta sus ojos de su niña que yace prácticamente inerte entre su cuerpo, herida de muerte, irremediablemente.
Los labios de Chronos pronuncian una sola palabra dirigida a la tejedora: Gracias...
Del cielo irrumpe un alarido...aguja e hilo se alzan para evitar que se lleven a su escribiente, porque por una vez Chronos podrá llevarla con él en la forma que decida.
Ante el anuncio del cielo, Chronos susurra en el oído de su niña: amor duerme, no puedo dejar que te vayas...duerme conmigo amor hasta el final de los tiempos...te amo más que a nada en la vida.
La ama, es lo último que retumba en los oídos de la escribiente, es cierto que la ama, al fin se lo ha dicho, al fin la ha dejado morir, porque él la ama más que a nada en la vida, ella también.
La oscuridad la envuelve excepto por una pequeña luz que parece que viene a buscarla...ya no siente dolor, porque él la ama, la ama...

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