martes, 15 de marzo de 2016

TE AMO...



"Palabras...no sé si a veces sirven de ayuda para comunicarnos, o simplemente son el nexo que ayuda a formular pensamientos, o como en mi caso, la forma de expresar por escrito lo que nunca mi boca dice. Personal opción, porque desde que nací se me dan mal los sentimientos, demostrarlos, hay veces que pienso que incluso se de mal tenerlos...Pero al margen de esta apreciación personal, podría decirse que quizás hoy es tiempo de dejar que las letras formen un cuento para dejar atrás el dolor de todo este tiempo, es hora de ir limpiando el alma de mis sombras, de mis cicatrices, o de las heridas que a pesar de todo siguen y seguirán abiertas hasta el final de mi propia existencia...extraña palabra esa, me llama poderosamente la atención: existencia...he de pararme un día a averiguar que significa exactamente, porque para mi es una palabra casi vacía...Dejemos mis desvaríos, y ahora que mis dedos conduzcan un pensamiento, quizás insulso, o vacío, pero al fin y al cabo uno de los míos...
"La mujer que caminaba entre los árboles iba pensativa, el viento ondeaba sobre su vestido y pelo, al mismo ritmo, pero solo a ella, los árboles estaban completamente quietos, a ellos no los movía el viento, ni siquiera una brisa se atisbaba más que la que a ella envolvía...Quizás por eso estaba atento, casi ensimismado en los movimientos de aquella mujer.
Escuchaba repiquetear de lejos una cancioncilla o una letanía, no sabría bien definirla, por la cadencia casi era un cántico misal. El cabello de la mujer poco a poco iba alargándose por la caída de las horquillas de su pelo casi hasta llegar a sus tobillos...es algo que dejó en schock a mi mente, no podía creer que alguien tuviera el cabello tan largo, tampoco de ese extraño color vino tinto que con el sol destellaba...así casi sin ningún movimiento más se sentó junto a un árbol, haciendo antes una reverencia hacia él; tenía que reconocer que aquella escena lo inquietaba, pero también lo tenía absorto en cada detalle, nada había conseguido despertar tanto su curiosidad como esa mujer, en realidad, debía reconocer que no era curioso.
La mujer suspiró profundamente, levantó sus ojos hacia el árbol en cuestión, acomodó su vestido y cabello alrededor, juntó las manos en su regazo, volvió a inspirar aire y empezó a hablarle al árbol...
Lo supo por el movimiento de sus labios, pero la distancia era demasiada para escucharla, maldita sea¡, casi sin darse cuenta sus pies se encaminan hacia ella, detrás de los árboles más cercanos hasta que su voz se hizo audible-la curiosidad a veces mata-.
-No sé decir lo mismo que tú, lo siento, aún no sé decirlo, intento que funcione, que lo parezca, que nazca, pero no puedo, y sé que debo parecer loca hablando contigo, quizás lo esté, pero al menos aquí puedo hacerlo, contarte todo lo que siento, a ti sí, ni siquiera recuerdo cuando te fuiste, y como te empeñas últimamente en no hablarme, pues es casi imposible que mantengamos una conversación decente, o...erudita? No es así como te autodenominabas? Erudito?...Podrías contestar y no seguir ahí plantado cual árbol al suelo, vale ya sé que eres un árbol, bueno para todo el mundo eres, pareces un árbol, pero ambos sabemos que tú no eres nada de eso, pero no vas a contestarme hoy tampoco verdad?
Casi en respuesta a tan loca pregunta, el viento que la mecía enmudece, y ella con un suspiro de decepción, comienza a recoger su larguísimo cabello y sus faldas para comenzar la vuelta hacia el lugar de donde proveyera.
Si la mujer y su comportamiento le pareció raro, después de tan elocuente soliloquio estaba realmente avivada su curiosidad, así que estaría atento todos los días, al parecer ella iba allí todos los días, y probablemente sería a la misma hora o parecida para ver si el árbol le hablaba, su mentalidad de científico no podía resistirse a desentrañar si lo de esa mujer era una enfermedad o mental o un reto humano singular.
-Hola árbol, ya estoy aquí de nuevo, vengo algo cansada, el esfuerzo de hablarte cada día me agota más, y cada día interiorizo más mis malditos sentimientos, sé que ese no es el camino de llegar a ti, es lo primero que me dijiste cuando nos conocimos, ante todo, cuéntame todo lo que pienses, sea bueno o malo, yo sabré escucharte y respetarte...lo intenté, puedo asegurarte que lo hice, que aún hoy en día lo sigo intentando, pero...ya me conoces, a cabezona, o estúpida no me gana nadie. He estado pensando estos días en lo último que me dijiste, cuando te fuiste, me dijiste: es muy fácil decir "te quiero", lo difícil es decir "te amo".
Poco a poco he entendido esta apreciación tuya, durante los años he visto como las personas decían una y otra vez: te quiero con una facilidad enorme, con falsedad, con mentiras...yo jamás he entendido eso porque nunca he podido decirlo, ni de mentira y a veces ni de verdad...
Interesante conversación la de aquella mujer, él también había apreciado esas mismas conversaciones, y había sentido en sus carnes la falsedad de esos tipos de te quiero, cada día se hacía más interesante aquellas conversaciones, que él estaba escuchando sin permiso, a escondidas.
-Buenas tardes amigo árbol, sigo teniendo la esperanza de que vuelvas a hablarme una vez más porque al final he resuelto tu pequeño acertijo al irte...he comprendido que no solo es la falsedad del ser humano lo que provoca tantos te quiero falsos, sino la comodidad, o el hecho de hacer que la otra persona confíe en ti como si de verdad te importara, es la forma de tener controlado a la persona que está contigo, y que de esa forma sus actos deleznables se transformen en actos de amor...es cierto, esa palabra adquiere un poder inimaginable para quién no siente y las usa para manipular a los demás, por fin he comprendido porque es fácil decir te quiero, la parte de decir te amo es más complicada para mi, porque por más que pienso, acabo aplicándole la misma solución egoísta que a los te quiero...pero debe haber una diferencia primordial, intento recordar tus otras palabras, tus otros discursos, sin embargo mi mente se cierra, se hace un caos.
Aquella la mujer se fue cabizbaja, confundida, al igual que él, porque sinceramente él pensaba lo mismo, no había diferencias entre decir te quiero o decir te amo, si aplicábamos aquel principio egoísta...quizás era hora de no escuchar más o de decirle a la mujer que había sido testigo de todas sus intimidades o locuras con aquel árbol, que a pesar suyo, a veces sentía que lo miraba, o que realmente fuera una persona viva....
Habían pasado semanas desde la última conversación con el árbol y la mujer seguía sin aparecer, él estaba perdiendo la esperanza de que volviera a verla, también de quedarse con la incógnita de la diferencia entre decir te quiero o te amo...
Casi por inercia sale de detrás de la maleza y se acerca por primera vez al árbol, lo observa casi con reverencia, lo toca, y al hacerlo siente una electricidad extraña..
-Quién eres?
Se vuelve para encontrarse con ella, por un instante el aturdimiento de verla así de cerca lo deja sin palabras.
-Yo soy Jared, disculpa qué esté aquí, también he de pedirte disculpas por más cosas que he hecho a tus espaldas, he estado escuchando todas tus conversaciones con el árbol, desde que me llamaste la atención hace mucho tiempo -habla atropelladamente por los nervios- pensé que no volverías, que no sabría la diferencia entre decir te quiero y decir te amo, y me atreví a tocar el árbol porque ...no sé porqué, ni qué hago aquí, tengo que irme, me iré de verdad, no me quedaré a escucharte, lo prometo, no soy un cotilla, simplemente también me han dolido esos te quiero que tú has descubierto por ti misma, los mentirosos, los embusteros...
Se despide y se voltea para marcharse, pero...
-No te vayas, da igual, puedes quedarte a escuchar la última conversación que él y yo tendremos, al parecer él ha decidido dejar un testigo de este encuentro...
-Gracias...
Se pone de espaldas a él como sino existiera y se dirige al árbol, siempre a él, a su verdadero amado...
-Hola amor, sí amor, ahora ya puedo llamártelo, lamento haber tardado tanto tiempo en descubrir la diferencia entre te quiero y te amo, siempre te decía te quiero, y tú entristecías tu mirada, apenas me daba cuenta que te dañaba, con el tiempo comprendí que te cansabas de mis locuras, de mis dichos, de todo lo que había alrededor, porque fuera lo que fuera, yo solo decía en las noches: te quiero...llegamos hasta aquí, tu cansancio, tu infinita espera te ancló en tierra y a mi en miles de dudas y preguntas, porque no sé que diferenciaba el amor del cariño, solo que anoche mientras dormía comprendí todo de repente.
Soñé con la playa, con tu intensa mirada, con la mía perdida jugando en el agua, casi imperceptible la intensidad conque me mirabas porque yo estaba ocupada en jugar con otras cosas, sin ver el deseo incontrolable en tus pupilas, el temblor apenas sujeto de tus manos, el roce de tus labios en mi pelo mientras dormía, tú me estabas amando...como cuando me ponía tu camiseta y te enfadabas porque iba manchada con otros labios, no podía entender porque te enfadabas, en ese momento yo te estaba amando aún sin saberlo, aún sin decirlo, aún sin gritarlo.
También soñé con tus ojos de fuego al despedirnos, fría y altanera yo sin mostrar el daño, tú me preguntabas qué tal estaba, cómo podías hacerme eso si me estabas dejando? apenas comprendía que me estabas amando en ese momento más que nunca, obcecada en mi cabezonería tan solo veía que no me querías, que nunca me habías querido, ahí estaba la diferencia entre el amor y el cariño, mientras tú me amaste hasta el último día y más allá, yo fui a ajena al hecho de haberte amado, porque estaba muy ocupada en solo quererte y no decirlo, porque yo, yo era toda frialdad.
Lamento haberte hecho tanto daño, tanto como para que decidieras anclarte al suelo y no volver a despertar en todos estos siglos, lamento no haberme dado cuenta que tú y tan sólo tú me has amado, y que yo que presumía de quererte no sabía en ningún momento cuánto sufrías.
Vengo a hacerte compañía amor, con el último recuerdo de tus labios, tan solo voy a demostrarte que te amo, ya se la diferencia entre decir te quiero y decir te amo, es fácil decir te quiero porque es en definitiva un juego de seducción, lo difícil es decir te amo porque es lo que siente realmente el corazón, la piel.
Se acerca al árbol, lo toca, lo acaricia suavemente, se abraza a él, suelta su cabello, le susurra: te amo amor mío; y ante la atenta mirada del espectador sorpresa, ella se va transformando en árbol a su lado, pies anclados en tierra, brazos enredados junto al otro árbol, forman la unión perfecta, el viento los une y deja a sus pies el sombrero que ella usaba...
Las lágrimas de él despiertan en el viento un sonoro: al fin mujer has comprendido que te he amado más que a mi mismo. Te amo mocosa mía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario