domingo, 28 de febrero de 2016

TE JURO QUE QUIERO...PERO....



"-Yo solo quiero sentir.

Esa frase le hacía sentir curiosidad por el/la habitante de aquella casa, bastante peculiar también, como el dueño o la persona que la habitaba, en vez de un nombre como todas las villas del pueblo, en aquella rezaba únicamente aquella frase, ni más nombre, ni número ni nada más, se identificaba por la frase y por la peculiar forma y color de la casa. Llevaba varios años veraneando en la zona, y siempre que volvía, sin saber porqué necesitaba ir a aquella casa, a leer aquella frase, que a veces intentaba ponerle sentido, pero él no podía hacer porque era una persona que sentía desde que nació, hasta la luz del sol, era lo más fácil y natural del mundo, no entendía como alguien podía no sentir...qué clase de persona era incapaz de sentir?. Eran las preguntas que se hacía desde hacía años porque él vivía en un sueño constante, en completa armonía con las personas y la naturaleza, todo eran colores en la vida, aquella frase era muy gris, muy oscura, muy fría, dura, era...imposible.
-Qué miras con tanta atención?? Anda ven qué te estamos esperando!!
Aquella voz tan alegre lo despertó de sus pensamientos, como cada vez que iba a aquella casa.
-Siiii ya voy!!!
Dichosa juventud!-es lo que pensaba el/la habitante de aquella casa cuando lo vio salir corriendo detrás de aquella chica, riendo y jugando.
Al irse había notado algo extraño, era como si alguien lo estuviera observando, a lo lejos, desde aquella casa, igual que aquel escalofrío que lo consumía al notar la mirada.
No sabía cuantos años habían pasado ni porqué había ido a aquel lugar otra vez en mitad de aquella horrenda tormenta, pero había descubierto el trasfondo de aquella maldita frase, los acontecimientos transcurridos en su vida habían hecho que aquella frase volviera otra vez a su cabeza, pero con otra interpretación completamente diferente a la que cuando joven le había dado, ahora pensaba o más bien sabía que había momentos en la vida en que una persona era incapaz de sentir cualquier emoción o reacción, cuando una decepción o traición era tan grande que el mundo a tu alrededor se paraba y con él tu vida, tu corazón, tu alma, en definitiva, tú.
Apenas sentía el agua fría calando su piel, los rayos y truenos eran un atrezzo de su estado de ánimo, porque nada lo conmovía ya, excepto aquella frase...estaba nuevamente junto a la puerta de aquella casa, completamente apagada, y exactamente igual que el último día que la vio, sin saber cuántos años había pasado, aunque por aquella casa no pasaba el tiempo...
-Ni por su propietaria, muchacho...
Aquella voz lo sobresaltó de una manera íntima, profunda, no había visto a la mujer que las pronunció, apareció de las sombras para meterse en su mente. Fijo los ojos de ambos, ella, alguien etérea, casi sin edad podría decirse, de facciones firmes, sin mostrar sentimientos, ojos inescrutables, pensó que nadie tendría jamás esos ojos, pero ahí estaba ella, sin expresión alguna, no había forma de leer sus sentimientos...
-Quizás porque no los tengo...
Nuevamente su voz atemporal resuena en sus oídos o en su mente no estaba seguro de por donde provenían las palabras, tan sólo que ella parecía saber lo que él pensaba...
-Pensar? Yo creo que son sentimientos, aunque no lo admitas, el dolor en tu alma es tan patente que escucho los gritos desde la distancia.
-Dolor? Yo no siento nada, quiero pero no puedo, por eso recordé la frase de tu casa, porque supongo que es tu casa, no?
-ja- esa sonrisa falsa asoma a la boca de la mujer- No sientes nada?...ay muchacho cuánto tienes que aprender todavía ! y si, sí es mi casa...pero una cosa es mejor sentir así como lo haces a como dice esa frase..
-Sí, es cierto, estoy dolido, enfadado, siento rabia, asco...aunque no quiero hacerlo...pero...
-Yo daría toda la vida vivida por sentir algo de eso, hazlo muchacho y aprende de ello, y con aprender me refiero a seguir sintiendo, no dejes que nada ni nadie te provoque no sentir...
-Es mejor no hacerlo, no?
-Nuevamente una mueca de sonrisa asoma a los labios de la mujer- No, lo peor del mundo es no sentir, es levantarte y darte cuenta que tan solo te acompaña un tremendo vacío, absoluto y total vacío, una negrura tan densa que todo a tu alrededor te da igual, eso es peor que la muerte, porque estás viva y no sientes, a veces deseas hacerte una herida física para recordar mínimamente que es el dolor, y eso ni siquiera da pena, eso es...
-Insoportable, lo siento, siento que se encuentre en ese estado, le puedo hacer una pregunta?
-Claro, dime muchacho
-Qué la dejó en ese estado?
-Un hombre al que amé, pero tan solo lo amé yo, por encima de todo y de todos, me enfrenté al mundo para tenerlo,  y él se dio media vuelta al verme llegar y se fue, desde ese día no siento nada, simplemente mi caparazón mortal deja pasar los días hasta que la muerte me libere...
-Lo siento, yo no quiero que ella me haga lo mismo, voy a volver a mi vida, pasar este dolor y dejar que el tiempo y otras personas curen mis heridas, con determinación, porque la vida no acaba en una persona, yo quiero sentir y lo haré.
-Sí, muchacho, ve...
El agua torrencial sigue cayendo, ella lo ve marchar con la determinación de volver a sentir, ha sido valiente, más que ella, aunque ha tardado mucho tiempo en darse cuenta que el amor forma parte del aprendizaje del hombre, te hace más fuerte, porque alguna vez amaste.
-entonces mujer tú porqué sigues estando vacía?
-ah, hola, viejo amigo, como tú por aquí?
-Vi llegar al muchacho a tu casa, casi sin rumbo, me propuse ver que tal llevabas los malos hábitos...
-Como de costumbre, queriendo sentir pero sin conseguirlo...pero para eso tengo mis trucos, no? para poder hacer que otros lo hagan...
-Tejedora nunca podrás olvidarlo, al igual que yo no la olvidaré a ella, eso no es sentir??
-Supongo, a eso se le llama el camino del olvido, amigo mio, supongo que para nosotros se esta eternizando..
-Sí, aunque no te preocupes tramposa tenemos toda la vida por delante...
Ambos se miran, sonríen y entran en la casa, porque tanto el tiempo como la tramposa una vez supieron lo que es el amor...

No hay comentarios:

Publicar un comentario